'El talento depende de la inspiración y el esfuerzo'.
La trayectoria de Mario Ayala Garza es innegable como boxeador, luchador y promotor lo que le valió ser exaltado al salón de la fama del deporte monclovense del club Astros al entregarle la presea “Astros” en la edición 2017. Contribuyó en mucho a posicionar a Monclova como potencia nacional e internacional en lucha libre. Conozca más acerca de la vida de esta leyenda viviente del deporte coahuilense, pues representó una época de gloria para el deporte espectáculo y también para el de las narices chatas y las orejas de coliflor.
¿Por qué se estableció en Monclova?
"Fue en la década de los 40´s del siglo pasado cuando mi familia se estableció en Monclova rentando una casa en la calle 2 de abril del sector el pueblo, posteriormente nos fuimos a la garita de la zona centro y finalmente en la privada Juárez hasta la fecha habita. A los 17 años me casé en Apodaca donde trabajé en la tubería y mi luna de miel fue precisamente en la capital del acero y tomé la decisión de quedarme y emprender el negocio junto a mi padre “Plomería Ayala” en la Privada Garita".
¿Cómo fue que entró al mundo de la lucha libre?
"En 1960 iba a las funciones de lucha libre y conocí en Monterrey al rudo "La sombra" y me hice su amigo y me invitó a entrenar, pero no me decidía. Un día me dijo que iba a venir a Monclova y aquí me convenció de unirme a las filas del “arte de Gotch”. Mi maestro fue Pepe Rodríguez “El Carioca”.
¿En su carrera luchística se enfrentó a monstruos sagrados del Catch?
"Mi debut fue en la Arena “Monclova” que estaba en la calle Guerrero con Abasolo del centro de Monclova y era manejada por Sebastián Lara Ramírez. Me aventaron en la de "Calentar Lona" (lucha preliminar) donde me aventé un mano a mano. En los 17 años que luché enfrenté e hice equipo con leyendas de este deporte entre ellos Tonina Jackson, el Gorilita Flores, El Santo, Blue Demon, Huracán Ramírez, Ray Mendoza, Dick Angelo, El Médico Asesino entre muchos más además de legendarios estetas locales".
¿Cómo se convirtió en promotor?
"En 1968 y durante la administración municipal del doctor Carlos Valdez Hernández, pedí un préstamo de 25 mil pesos al banco con eso renté un terreno en la calle Venustiano Carranza, propiedad de don Jerónimo García (donde actualmente está el banco Scotia Bank frente a la central de autobuses) y construí un ring y una serie de gradas, al principio de madera y después se cambiaron por de metal. Bauticé mi coliseo como “Arena Olímpica” pues estaban de moda las olimpiadas. En octubre la función inaugural fue una cartelera de box en la cual el peso súperwelter texano Cassius “War Baby” Greene se enfrentó al legendario regiomontano Manuel “Sonrisas” Avitia".
¿Cuál fue la primer función de lucha libre?
"El platillo estelar de la primera función de lucha libre de dos a tres caídas sin límite de tiempo fui yo acompañado por Flama Azul en contra de los rudos El Jaguar y Diamante Negro y nos alzamos con la victoria".
¿Fue también un centro de espectáculos?
"Vinieron grandes luminarias del espectáculo como Capulina, los hermanos Atayde y las bellezas mexicanas del momento. Por consejo de mis amigos Herodes y El Yndio rebauticé la arena como “Deportivo Mario Ayala”. Muchas máscaras y cabelleras cayeron en esa lona sagrada, decenas de campeonatos apostados me dieron un gran prestigio. Fue escenario de sangrientos combates y tremendos derroches de técnica".
¿Cómo terminó esa bella época?
"Fue después de mi accidente en mayo de 1991, no, me repuse del todo y regresé con una cartelera el 31 de octubre de ese año. Primero hicimos una misa con el padre Almaraz y luego vino el programa de lucha libre donde en el intermedio se presentó Pedro Rodríguez “Fufurufo”, el cantante Enrique Javier y el payasito “Koky” y la estelar fue Guerrero Negro, Herodes y Halcón Negro versus Huracán Sevilla, Volador y Fuerza Aérea. Pero gastaba mucho en rehabilitaciones y ya no pude costear la renta de terreno y así fue como inició la debacle".
