Vuelven a las andadas. El Sevilla 'compró' un poco de oxígeno con su victoria ante Getafe. Pero se le terminó al caer, remontado, ante el Girona (2-1). Lo peor es que el tanto de la victoria fue producto de un regalito del conjunto andaluz. Todo mal.
Hay equipos que tardan en entrar por los ojos y otros que te dejan boquiabierto a la primera impresión. Este Girona de Míchel se ha ganado el derecho de ser el equipo más atractivo del torneo, con permiso del Rayo de Iraola y del Athletic cuando está fino. No espera. Muerde. Y siempre busca portería. A los diez minutos ya había disparado hasta en cuanto ocasiones sobre los dominios de la portería defendida por Bono. Porque este Sevilla está abajo por muchos motivos, pero uno es sin duda la alegría con la que regala medios goles, cuando no lo son completos. Después hay que meterlos superando a Bono, que es otro cantar. Un error de Fernando al comienzo permitió que Riquelme probase puntería. El siguiente error del brasileño, jugando de libre, ofrecía a Stuani un mano a mano que sacaba Bono con el pie. Sampaoli tardó unos minutos en retrasar a Gudelj y adelantar al brasileño. Fernando es cien veces mejor por delante.
El siguiente regalo sería de Nianzou, uno de los grandes especialistas del Sevilla en esta nueva categoría futbolística, que encabezan sin duda los sevillistas. Iván Martín quiso hacer un gol de bandera con una vaselina. Se le fue por poco. El Sevilla estaba noqueado por un Girona que había estudiado el empecinamiento andaluz en sacar el balón jugado, pese a sus dudas a la hora de hacerlo. Sin embargo, el fútbol tiene siempre giros dramáticos en sus historias. El propio Nianzou cabeceaba como el mejor de los delanteros un magnifico centro a balón parado de Rakitic (muy lejano). Se adelantaba el Sevilla con la primera que tenía. Y este gol fue un impulso para su fútbol. Porque ahora su presión (con Fernando 20 metros más arriba) sí surtía efecto. En cualquier contra podía llegar el segundo. No estuvieron finos en los últimos metros, con un Óliver Torres (otra vez) muy activo. El Girona quería entrar por banda, pero descuidaba las mismas a sus espaldas. Tremendo ritmo de encuentro. Podía pasar de todo en ambas áreas. Nadie era capaz de ponerle pausa al choque. Los locales no querían, mientras los visitantes no podían.
El Girona le da la vuelta
Y para que el partido no perdiese emoción, el Girona igualó el choque en menos de un minuto. Ataque rápido por derecha, con error de Jordán al ir a la hierba ante Toni Villa, permitió el centro del extremo raso y remate de primera de Stuani. Comenzaba un nuevo encuentro en Montilivi. El equipo rojiblanco tuvo su premio en la primera llegada, después de haber desperdiciados muchas en el primer tiempo. El Sevilla se instalaba en campo rival y era el Girona quien buscaba ahora las contras.
Tenía que pasar cosas. La primera fue un cabezazo de Yangel Herrera que provocó que Montilivi cantase gol. Se marchó a un palmo del poste. La respuesta fue un nuevo robo de Rakitic, que cedió a un Suso que en el camino al mano a mano no se atrevió a seguir y se hizo un lío con la pelota. Disparo alto Rafa Mir para finalizar la jugada. Estaba todo en el alambre. Y tuvo que ser en un error en la salida del Sevilla, que ya jugaba con dos atrás y no tres, donde Nianzou, quien abriese el partido con un cabezazo, perdiese un balón de gol, que resolvía Yangel Herrera. Quedaba sólo el alargue. El Girona iba a sumar un partido de seis puntos, la distancia a la que deja a un Sevilla tocadísimo. Le ha durado nada la alegría de Getafe. Su pelea es el descenso y, jugando así, va a comprar todos los billetes para bajar a Segunda. Sampaoli se empeña en un tipo de fútbol. Incluso habla de Religión. Rakitic dijo que no se pueden consentir más fallos individuales.
