El Mallorca mereció más por su ímpetu, sus ganas, su entrega durante todo el partido ante un Osasuna con varias bajas, pensando Arrasate más en el partido de vuelta de Copa del Rey ante el Athletic que en lo que pudiera suceder hoy en Son Moix. Por poco más mereció un mejor resultado el Mallorca. Porque cuando se trata de acercarse al área rival las luces se apagan. El equipo de Aguirre, hoy de Toni Amor porque el mexicano cumplió partido de sanción, está pagando la baja forma de Muriqi, que se ha estancado en los diez goles. Y Kang, el mejor del equipo prácticamente cada domingo, también este viernes, no puede con todo, no puede regatear, centrar y marcar. Al final, Rajkovic, innédito todo el partido, ha evitado la derrota.
Los locales afrontaban el partido como una oportunidad de romper su negativa racha de una única victoria en seis encuentros y un solo punto de los últimos doce. Sobre todo pensando que las dos próximas citas son a domicilio, en Valladolid y en Vigo ante un pujante Celta. Y teniendo en cuenta los antecedentes del equipo, que no rasca una fuera de casa desde el regreso del Mundial, no hay motivos para el optimismo.
El Mallorca suma solo dos de los últimos quince puntos disputados y se mete de lleno en una espiral peligrosa
Aguirre ha apostado por su equipo de gala, con Kang y Gio en el once titular pese a su larguísimo viaje desde Corea del Sur. Pero es que no hay más. O nada más mejor. Lesionado Valjent, Gio es la primera opción como tercer central. Y Kang, qué decir de él, el único jugador clarividente y capaz de hacer algo diferente sobre el terreno de juego. En la primera parte ha sido el mejor de su equipo. Cada vez que tiene el balón en los pies, el aficionado espera que pase algo. Y pasó, aunque sin dar frutos. Al primer minuto ha lanzado una falta que se ha ido alto por muy poco, y ha puesto dos buenos centros a Muriqi que el kosovar no ha aprovechado. Está desconocido el gigante delantero rojillo, muy lejos de su mejor forma. Participa poco en el juego del equipo, lo que supone todo un lujo en un grupo en el que faltan jugadores que sepan mimar el balón. La primera parte se cerró con las tarjetas amarillas a Baba y Gio, que se perderán por sanción el próximo partido ante el Valladolid.