Separados por un punto antes del partido, el Celta de Vigo recibía al Deportivo Alavés.
Ambos equipos necesitaban sumar puntos en este segundo encuentro de una semana intensa. Los de Rafa Benítez, tras la derrota en Barcelona, se encontraron con un Deportivo Alavés bien organizado, que no daba opciones en defensa. Era un partido trabado, táctico, entre dos entrenadores que se conocen bien.
Pero el fútbol está lleno de cisnes negros y este jueves aparecía uno cuando Rafa Marín se equivocaba gravemente en el 35', enviando un balón a Sivera en forma de cesión, fuerte y sin mirar, que se colaba en la portería ante la atónita mirada de todos en Balaídos. Acción desafortunada que desequilibraba el choque, si bien los babazorros pudieron empatar pero Iván Villar lo evitaba con una gran parada.
En la segunda parte siguió esa tónica final. Los vascos tratando de enmendar su error, mientras el portero local se multiplicaba para seguir siendo decisivo con sus intervenciones. Y en el 68' cambiaban algunas cosas porque Lucas de la Torre era expulsado por doble amarilla. Así que si ya el dominio visitante era claro, tras esa expulsión sería algo más evidente.
Hasta que los visitantes lograron igualar por medio de Samu Omorodion, a pase de Javi López. Y como era de esperar dispusieron de otras ocasiones mientras los gallegos contenían el resultado, un botín bastante alto para lo visto en el terreno de juego. Hubo también polémica final con los visitantes pidiendo un penalti por manos. Pero al final, el error de Rafa Marín le cuesta dos puntos al club albiazul, mientras los olívicos de nuevo se dejan puntos que podrían ser importantes más adelante
