Experimentar un evento climático ha afectado negativamente y de forma significativa en la salud mental de los jóvenes en México, donde se encontraron altas tasas de trastornos comunes de la salud mental, de acuerdo a un estudio publicado en PLOS Global Public Health por el Population Council.
La acelerada crisis climática genera que la gente experimente eventos extremos con una frecuencia incrementada; la exposición a estos crea incertidumbre, pérdidas y amenazas presentes y futuras, produciendo angustia y afectando la salud mental en una gran variedad de formas, incluyendo trastorno de estrés postraumático, depresión, ansiedad y suicidio; consecuencias directas del trauma sufrido por los eventos climáticos, pero también por los efectos indirectos, como pérdida de tierras, migración, exposición a violencia, inseguridad alimentaria y cambios en el ambiente económico, ecológico y cultural.
El objetivo de este trabajo fue entender cómo las amenazas climáticas recientes se asocian con trastornos mentales comunes (definidos en el estudio como la combinación de síntomas de depresión y ansiedad autoinformados), resaltando las formas en las que el cambio climático ha afectado la salud mental de los adolescentes.
Este trabajo fue parte del estudio sobre los resultados de violencia en la época de COVID-19 (VOCes) del Population Council Mexico en colaboración con el Instituto Mexicano de la juventud (IMJUVE) y el Centro Nacional de Equidad de Género y Salud Reproductiva (CNEGSR), enfocado en conocer las consecuencias de las políticas de aislamiento para reducir los contagios de SARS-CoV-2 en cuya segunda ronda de encuestas, conducida de noviembre 2021 a junio 2022, se agregó un módulo de preguntas relacionadas al cambio climático, tras ser identificado como un tema crítico en la vida de los adolescentes y jóvenes.[2]
Se recopilaron datos demográficos, exposición a amenazas climáticas y daños relacionados, así como experiencias con síntomas de depresión y ansiedad.
El reclutamiento se llevó a cabo por medio de una invitación del Instituto Mexicano de la Juventud y algunas autoridades educativas en redes sociales, también se promocionó por radio y prensa. Se recibieron 168.407 respuestas y el análisis incluye 152.088 respuestas de adolescentes y adultos jóvenes de entre 15 y 24 años.
De acuerdo a Jessie Pinchoff, maestra en salud pública, Ph. D., colíder de la iniciativa de población, riesgos ambientales y crisis climática del Population Council y primera autora de esta investigación, el mayor desafío enfrentado durante la realización de este estudio fue dado por la naturaleza de los datos y las encuestas en línea en el contexto de la pandemia de COVID-19.
"Uno de los mayores desafíos fue trabajar con datos de salud mental autoinformados, que pueden ser subjetivos. Una encuesta en línea (en comparación con la presencial) puede tener más respuestas honestas, pero si las personas no entienden las preguntas, si no saben reconocer los síntomas o incluso si alguien solo tuvo un mal día, es fácil responder inexactamente", detalló.