La Entrevista con Basilio Perales García

La Entrevista con Basilio Perales García
Criselda Farías / El Tiempo de Monclova

Don Basilio vende dulces, es ejemplo de productividad. 

A diario don Basilio Perales García toma su lugar en la entrada de la presidencia municipal de Frontera con una canasta de dulces de nuez que él prepara, pues aprendió ya de grande para tener ingresos, su hija fue quien le enseñó a preparar la masa y a no tener miedo a que hiciera sus dulces y saliera a venderlos.   

Es viudo y en la elaboración de sus dulces ha encontrado una distracción a sus pensamientos, pues sus hijas comenzaron a preparar los rollos de nuez para tener un ingreso extra y él veía cómo le hacían, y lo incluyeron a que aprendiera y le gustó, comentó. Hace 46 años que vive en Monclova y trabajó en varias empresas como operador y después compraba chatarra y la revendía.

Para complacer el paladar de clientes, se requiere que tenga buen sazón para cocinar, ¿Cuánto tiempo tiene haciendo dulces?

"Ya tengo tres años que aprendí y empecé a vender, mi primer pedido fue para unas personas que iban a Estados Unidos y querían llevar para allá".

La receta puede ser combinada con algún ingrediente secreto como lo hacen las familias, usted ¿Cómo prepara el rollo de nuez?

"Con leche Carnation, glucosa, azúcar y mantequilla y hago dos mezclas, la de donde va la nuez y la segunda es con dulce y ya no lleva glucosa, es la pura azúcar y la leche y muelo la nuez y es el quesito que le decimos, que lleva dentro para que sepa mejor y la nuez por fuera con corazones enteros para adornar".

Dice que antes trabajó en varias cosas, ¿en qué actividad duró más tiempo?

"En los yonques comencé a trabajar y duré más de 20 años cortando carros pues se venden por piezas los coches y luego yo compraba en los yonques el material y revendía y sí me iba muy bien, pero no supe cuidar el dinero, así como lo ganaba, lo gastaba, le daba a mi familia lo que se necesitaba para la comida y ya, y ahora me dedico a esto y vivo mejor, siempre traigo un pesito en mi bolsa; le doy muchas gracias a mi Dios porque soy cristiano, me acerqué a una iglesia y estoy muy feliz con mi Dios, pues me ha bendecido bastante".

Camina mucho por la ciudad para vender sus dulces, ¿Dónde es que vende más, por las calles o en la presidencia?

"Pues generalmente camino algunas cuadras y si se va vendiendo los dulces, está bien, si no, espero aquí en la puerta sin molestar a nadie, a un ladito me pongo y no falta que venga uno y otro a comprar su dulce o cacahuates, pues traigo para todo sabor".

En la canasta trae variedad de dulce como salado, ¿Qué contiene su canasta?

"Traigo el rollo de nuez, que es el que yo preparo, y luego traigo acá bolsitas de cacahuates garampiñados como salados y los japoneses, luego, también los dulces, estos de bandera de coco, y los muéganos y otros de chocolate; todos los que están empaquetados como los cacahuates y estos dulces, yo los revendo y me gano una comisión y estos otros que son el rollo de nuez, sí es de lo mío".

Y cuando no está haciendo dulces ni vendiendo, ¿Qué hace?

"Bueno, también me tomo mi día de descanso, que generalmente son los fines de semana y aprovecho para ir a la iglesia cristiana y a ver a mis nietos y a mis hijas, quien con una de ellas vivo, pero las otras no, así que esos días de descanso voy a verlas o van a la casa para convivir".

De no haber aprendido a hacer dulces de nuez, ¿Cómo cree que sería su vida?

"Creo que Dios te pone los caminos y si no hubiera sido esto, tal vez sería otra cosa, pero uno tiene que estar activo y ser productivo mientras la salud te deje y con el acompañamiento de Dios todo es posible".

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