El sueño es un tema que siempre ha fascinado e intrigado por igual a los científicos. Pero si ya sabemos pocas cosas sobre el sueño en humanos, menos aun del de los animales. Sin embargo, hoy esa brecha se ha acortado un poco gracias a un grupo de científicos de la Universidad de California, que ha conseguido analizar la actividad cerebral de los elefantes marinos mientras dormían en pleno océano.
Sabemos que los elefantes marinos, una especie de foca que puede llegar a alcanzar hasta varias toneladas de peso, se pasan meses en mar abierto buscando alimento, por lo que era razonable asumir que estos grandes mamíferos se las apañan de algún modo para conseguir dormir. Sin embargo, para poder descifrar el enigma era necesario analizar los patrones de sueño de un animal que se sumerge centenares de metros bajo el agua, y eso no es ninguna tarea sencilla.
Pero la científica Jessica Kendall-Bar y sus colegas dieron con la solución.Kendall-Bar y su equipo diseñaron una especie de casco de neopreno que era capaz de realizar electroencefalogramas (EEG) y electrocardiogramas a estos animales, incluso a pesar de encontrarse a mucha profundidad. Además, también equiparon a los leones marinos con dispositivos que registraban la posición y velocidad de estas focas en el transcurso de sus zambullidas.
Cuando consiguieron recuperar los datos de los elefantes marinos descubrieron que estos se echaban siestas de 10 minutos mientras descendían a las profundidades del océano, algo que choca diametralmente con el comportamiento de estos animales en tierra, donde son capaces de dormitar hasta 14 horas al día.
“Creemos que las focas flotan de forma pasiva durante este tiempo y que el patrón en espiral que siguen es el resultado hidrodinámico de un objeto que cae en el agua, muy parecido a cómo cuando una hoja cae de un árbol y va subiendo y bajando mientras gira en espiral”, explicaba a Gizmodo Kendall-Bar, bióloga evolutiva del Instituto Scripps de Oceanografía y autora principal del estudio.
“Mientras están en el sueño de ondas lentas, son capaces de mantener el control postural y, en general, parecen mantener un rumbo y deslizarse hacia abajo en línea recta, pero a veces también se dan la vuelta durante el sueño de ondas lentas y comienzan a girar en espiral”, concluyó Kendall-Bar.
Los investigadores creen que los leones marinos comienzan a echarse estas “siestas” cuando han alcanzado ya una profundidad de unos cien metros, puesto que así pueden protegerse mejor de depredadores como las orcas y los tiburones, que suelen preferir cazar mamíferos cerca de la superficie donde ven mejor.
Resulta fascinante poder ver cómo se comportan estos animales en la profundidad del océano, aunque solo sea haciendo algo tan trivial como dormir
