Se trata de cosas cotidianas que en los últimos años de existencia son interpretadas de diferentes maneras.
Durante la vida, las personas nos enfocamos en diferentes aspectos de nuestra existencia, construyendo rutinas que ocupan nuestro tiempo y que se convierten en necesarias para sobrevivir. Sin embargo, cuando se llega a la última etapa de nuestro paso por la Tierra las prioridades cambian y los pensamientos se convierten en autorecriminaciones.
Quien no tenga una rutina establecida puede ser alguien ajeno al sistema de vida establecido a nivel mundial. Las personas necesitamos del trabajo para vivir y, muchas veces, las ansias de estar cada día un poco mejor nos llevan a tomar más responsabilidades de las que podemos llevar sobre nuestra espalda.
Las cosas de las que la gente se arrepiente
En esta oportunidad, te invitamos a pensar en la vida desde otras perspectivas que han sido expuestas por el reconocido psiquiatra español Enrique Rojas. Este profesional publicó su libro “Comprende tus emociones” en el que bucea en las emociones, sobre todo aquellas que invaden a las personas en la última etapa de sus vidas.
Según Enrique Rojas, y en base a las historias personales de las que ha sido testigo y acompañante, las personas se arrepienten de muchas cosas cuando llegan a los últimos tramos de sus vidas. El psiquiatra afirma que “nos pasamos la vida pensando en el día de mañana. Y con frecuencia nos olvidamos de que la existencia se termina”, por ello es que nos invita a pensar en aquellas cosas de las que otros se arrepienten para que nos atrevamos a cambiar nuestra calidad de vida ahora que aún tenemos tiempo.
Los arrepentimientos más comunes
- Vivir para trabajar: Rojas señala que “son mayoría los que se arrepienten de haber trabajado demasiado. Sienten que su vida ha estado descompensada".
- Pasarlo mal sin necesidad: el especialista afirma que "una gran mayoría se duele de haber sufrido mucho por asuntos y problemas que realmente no tenían tanta importancia".
- No haber sabido disfrutar más de la vida: "Esto tiene un amplio espectro: desde no haber sido capaz de captar y gozar de cosas positivas de la vida ordinaria, pasando por no haber planificado tiempo libre para uno”, señala Rojas.
- No haber dedicado más tiempo a la familia: Rojas explica que la profesión “ha absorbido demasiado y no ha tenido presencia psicológica y afectiva con sus hijos".
- No haber tenido el coraje de hacer lo que realmente quería hacer: se trata de “atreverse a ser uno mismo”.
- No haber tenido una espiritualidad más sólida: esto lo afirma en base a tener “respuesta a los grandes interrogantes de la vida".
