Dermatitis atópica infantil: ¿no es solo superficial?

Junto con otras investigaciones, en el estudio se indica, según los investigadores, "que la dermatitis atópica infantil debe reconocerse y tratarse como una afección sistémica". Además, "destaca la necesidad de una gestión integral y un seguimiento de las comorbilidades".

Investigadores en Suecia llevaron a cabo un estudio de cohortes poblacional a nivel nacional utilizando datos longitudinales de registros de atención primaria y especializada.

Compararon 165.145 niños de 0 a 17 años con un diagnóstico de dermatitis atópica (73 % con enfermedad leve a moderada, 27 % con enfermedad grave) con 165.145 niños emparejados de la población general sin diagnóstico de dermatitis atópica.

El criterio principal de valoración fue la incidencia de 10 categorías de comorbilidad alérgica y no alérgica.

Durante un periodo de seguimiento medio de aproximadamente 6 personas-año, los niños con dermatitis atópica tenían más probabilidades de desarrollar 8 de las 10 categorías de comorbilidades en comparación con sus pares de la población general.

El riesgo fue más elevado para la hipersensibilidad y los trastornos alérgicos (hazard ratio, 3,87), el cáncer (2,53) y los trastornos inmunológicos e inflamatorios (2,36). 

Pero, también fue significativamente elevado para los trastornos oculares (1,63), los trastornos endocrinos y metabólicos (1,55), las infecciones (1,45), los trastornos neurológicos (1,47) y los trastornos psiquiátricos (1,36).

Por el contrario, los riesgos de desarrollar diabetes de tipo 1 y trastornos esqueléticos eran similares a los de la población general.

Los niños con dermatitis atópica también tenían más probabilidades de desarrollar dos o más comorbilidades que sus pares de la población general (9,9 % frente al 5,6 %).

Para varias comorbilidades, el riesgo aumentó con la gravedad de la dermatitis atópica, y se elevó en mayor medida en los niños con dermatitis atópica activa que en los niños con dermatitis atópica en remisión.