Densitometría ósea, un estudio capaz de detectar si hay o no osteoporosis

Al salir del consultorio con un collarín ortopédico como recomendación de rutina, un mundo de ideas y escenarios de todo tipo se volcaron en su mente tratando de buscar porqué tenía esos indicios, qué necesitaba hacer, cómo decirlo a su familia, a los amigos, a los conocidos, una manera en la que la reacción no fuera de “lástima”, sino de apoyo y de buscar alternativas para “frenar” un poco su nueva enfermedad y de la que se pensaba que no la iba a padecer por sus antecedentes sanos de juventud.

Lo más fuerte en esta reacción –comenta­ fue sin duda la sugestión de que desde ese momento no tendría que hacer movimientos bruscos, de que tendría que buscar una forma cómoda de dormir y en donde no se tuviera presión al cuello para no tensar las cervicales, la vida le dio un giro de 180 grados en ese momento, poco sabía de ella.

Francisco Ruiz González, jefe de la Clínica de Osteoporosis del Antiguo Hospital Civil de Guadalajara “Fray Antonio Alcalde”, explicó que la enfermedad se puede desarrollar de forma natural conforme pasen los años y en las mujeres se manifiesta primero en los hombres mucho después, en ambos casos se da una pérdida de la masa ósea y comienza la porosidad de los huesos con lo que a la larga se debilitan. Ruiz González dijo que además de la edad y el desgaste natural hay factores que en ambos sexos que “aceleran esa pérdida de masa ósea como es el exceso en el consumo de alcohol, tabaco, refrescos de cualquier color, sedentarismo, falta de exposición solar, una dieta pobre en calcio natural es lo que provoca que el hueso no se regenere constantemente”.

Y si a esos factores se les agrega que tienen más de 60 años “es echarle leña ala hoguera”, pero también hay enfermedades “que producen pérdida de masa ósea, sobre todo las autoinmunes como la artritis reumatoide o el lupus en las cuales tomar corticoides para evitar que progresen esas enfermedades van a hacer que también se pierda masa ósea”, indicó.

Pero también hay problemas glandulares que la pueden desarrollar como el hiperparatidoismo o el hipertiroidismo pueden también desarrollar la enfermedad, todo esto aunado a los factores genéticos. Es decir tiene más probabilidades de desarrollar osteoporosis quien tenga familiares ancestros con historia de osteoporosis que quien no los tenga, aunque no es una ley.

Al cuestionarlo si el número de casos se pudiera incrementar en los próximo años ante el envejecimiento de la población y según las estadísticas desarrolladas en estos 20 años muestran que Jalisco, México y el resto del mundo “le estamos ganado cantidad de años a la vida, nos falta ponerle calidad a esos años y estamos produciendo viejitos enfermos” en todas las patologías en general.

Además es necesario tomar en cuenta que los datos mundiales indican que una de cada tres mujeres, lo que representa la tercera parte, después de los 50 años en algún momento de su vida va a tener osteoporosis, en el caso de los hombres mayores de 60 años, uno de cada cinco va a tener osteoporosis. En los hombres baja la proporción y es por eso que cada año se da una plática los pacientes para poder prevenir esta enfermedad y lo primero que se recomienda es tener hábitos saludables de alimentación, dejar de comer lo que le hace daño al hueso como ya se mencionó y todo eso se tiene que modificar para disminuir los riesgos y prolongar la llegada de la enfermedad. “Las estadísticas muestran que una de cada cinco (el 20%) va a fallecer en el primer año después de la fractura, aunque se atienda, y qué va a pasar, tiene enfermedades concomitantes entre ellas diabetes, hipertensión arterial, probablemente problemas digestivos y respiratorios, eso es lo que se complica y lleva a fallecer”, indicó.

Las principales fracturas que se tienen son diversas y en primer lugar están las de columna vertebral ya que se van comprimiendo y ante cualquier movimiento leve se rompe el hueso, siguen las de muñecas.

Mencionó que lo ideal es que toda la población se realice el estudio de densitometría ósea, en el caso de las mujeres lo ideal es entre los 45 y 50 años y en los hombres entre los 55 y 60 años, pero si hay factores de riesgo para desarrollarlo es mejor realizarlo antes de esas edades en una clínica especializada ya que el programa que se impulsó con unidades móviles en el exterior de iglesias o unidades públicas no servían y “nos dimos cuenta que había mucha transa ahí porque eran patrocinados por la industria farmacéutica y todos salían con osteoporosis”.