Decenas de miles de personas volvieron a pedir este sábado en Londres, como han hecho con regularidad desde el comienzo de la guerra en Gaza, un alto el fuego permanente en la franja palestina.

Pese a los esfuerzos del Gobierno británico por que la Policía Metropolitana prohibiera las protestas, los manifestantes tomaron un sábado más las calles del centro de Londres en un ambiente pacífico, mientras continúa en vigor la tregua temporal entre Israel y Hamas para el intercambio de rehenes y prisioneros.

Se trata de la primera marcha propalestina en la capital británica desde que el pasado 11 de noviembre un grupo de contra manifestantes vinculados a la ultraderecha protagonizaron disturbios y enfrentamientos con la policía, que acabaron con más de cien detenidos.

 

Hasta las 16.00 GMT de hoy, la Policía Metropolitana había informado a través de sus redes sociales de la detención de al menos ocho personas, la mayor parte de ellas por la distribución de propaganda que equiparaba a Israel con la Alemania nazi.

Para evitar posibles desbordamientos, la Policía Metropolitana distribuyó hoy entre los manifestantes una serie de folletos en los que alertaba de que ciertos eslóganes o pancartas pueden acarrear detenciones y penas de cárcel.

En esas advertencias, la policía señala que no permitirá mensajes "racistas o que inciten al odio contra cualquier religión", ni tampoco aquellos que "apoyen a Hamas o cualquier otra organización terrorista".

De esta forma, se insta a los manifestantes a "arrojar a la basura cualquier pancarta que pueda romper esas reglas".

Esta novedad responde a la creciente presión política sobre las fuerzas de seguridad para no tolerar ningún tipo de mensaje antisemita.

En paralelo, también se celebra hoy una protesta del grupo islamista Hizb-ut-Tahrir ante la Embajada de Egipto.

Para mañana está prevista la celebración de otra manifestación multitudinaria, en este caso para denunciar el antisemitismo y respaldar a Israel.