En la frontera de Piedras Negras y Eagle Pass, los indocumentados se arriesgan cruzando el río con la corriente crecida.
Ni un río Bravo, ni un cerco de púas, ni un muro de contenedores metálicos impiden que migrantes de diversas nacionalidades continúen cruzando de México hacia los Estados Unidos, en el caso de la frontera entre Piedras Negras-Eagle Pass en un lapso de una hora 47 personas migrantes cruzaron el afluente por distintos puntos.
Entre las 20:00 y 21:00 horas del miércoles, aprovechando la ausencia de unidades y elementos de corporación de seguridad federal, estatal, municipal o del Instituto Nacional de Migración en la orilla del río Bravo; al menos tres grupos de migrantes se internaron en las aguas del río Bravo y llegaron a la orilla en Eagle Pass.
Los cruces se realizaron por el Paseo del Río, los grupos provenían del centro de la ciudad y se dirigían directamente al citado espació turístico; al llegar a la orilla se detenían brevemente, solo para quitarse el calzado y alguna otra prenda, guardarla y luego ingresaron para cruzarlo caminando.
Un grupo era conformado por 33 personas, entre hombres, mujeres e infantes, quienes, al llegar al lado americano, comenzaron a caminar hacia el Puente Internacional número II, al encontrarse con el cerco de alambres de púas, llegando inclusive hasta más allá del puente ferroviario; mientras se escuchaba en altavoces, la advertencia de las autoridades norteamericanas para no cruzar.
