La Organización Mundial de la Salud clasificó el 9 de agosto a la variante del SARS-CoV-2 EG.5, o eris como "variante de interés", pero afirmó que no parece suponer una amenaza mayor para la salud pública que otras. En tanto, llamó a los países a seguir notificando los casos de COVID, a la par que en Europa y EE. UU. repuntan los cuadros en pleno verano boreal.
Eris, o EG.5 es una de varias subvariantes de Omicron estrechamente relacionadas que han estado compitiendo por el dominio en los últimos meses. Todas estas variantes son descendientes de la cepa XBB, que es el objetivo de las vacunas COVID de este otoño.
De rápida propagación, este sublinaje de Ómicron es el más prevalente en EE. UU. con más del 17% de los casos estimados. También se ha detectado en China, Corea del Sur, Japón y Canadá, entre otros países.
"En conjunto, las pruebas disponibles no sugieren que EG.5 presente riesgos adicionales para la salud pública en relación con los otros linajes descendientes de Ómicron que circulan actualmente", afirmó la OMS en una evaluación de riesgos citada por la agencia Reuters, pero añadió que es necesaria una evaluación más exhaustiva del riesgo planteado por EG.5.
Con todo, el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, lamentó que en muchos países no estén notificando los datos de COVID-19 a la OMS, e informó que solo el 11% había reportado hospitalizaciones e ingresos en UCI relacionados con el virus. Por este motivo, la agencia sanitaria de Naciones Unidas emitió una serie de recomendaciones permanentes, en las que instaba a los países a seguir notificando los datos de COVID, en particular los de mortalidad y morbilidad, y a seguir ofreciendo la vacunación.
