Una cirugía estética es una gran decisión, pero cuando es en el rostro adquiere aún más seriedad
Es crucial que la decisión de someterse a una cirugía estética facial para abordar aspectos que nos incomodan, nos causan complejos o inseguridad, no sea tomada de manera improvisada. Se deben tener en cuenta la motivación personal, la experiencia y conocimiento de los profesionales de la clínica en la que se realizará la intervención, así como las posibles consecuencias que se deben prever. Todas estas cuestiones requieren ser consideradas con calma.
Con el fin de proporcionar una guía sobre las preguntas más importantes que debemos plantearnos antes de someternos a una cirugía estética facial el doctor Federico Hernández Alfaro ha compartido estas cuestiones a considerar.
- ¿Por qué motivo es la consulta?
El primer paso que nos invita a seguir el doctor es pensar si realmente tenemos claro cuál es el motivo de nuestra consulta. "¿Qué es lo que no te gusta de tu rostro y qué quisieras cambiar? Se trata de la primera pregunta que le hago yo a los pacientes que vienen por primera vez al Instituto Maxilofacial de Barcelona. Es fundamental para los profesionales que sepamos qué podemos hacer por esa persona".
En este sentido, el de la motivación, el doctor explica: "En ocasiones es posible que yo esté viendo a un paciente y considere que necesita un cambio estético brutal, y esa persona sin embargo sólo quiera un retoque. La motivación del paciente es la que debe guiar los esfuerzos terapéuticos del cirujano". Es fundamental establecer una comunicación abierta y honesta entre el médico y el paciente, para que este último tenga una comprensión realista de lo que se puede lograr a través de la cirugía estética facial. De esta manera, se evitan falsas expectativas y se promueve una relación de confianza entre ambas partes.
- ¿Qué tanto afecta en mi vida este defecto?
En ocasiones nos encontramos con pacientes que llegan a consulta con una preocupación estética mínima, que podría parecer imperceptible desde nuestra perspectiva, pero descubrimos que para ellos representa un problema grave de autoestima que afecta significativamente sus vidas. En estos casos, es importante considerar la posibilidad de que exista un trastorno mental llamado "dismorfofobia", el cual distorsiona la percepción de la realidad.
Las personas que sufren de dismorfofobia perciben incluso las más mínimas asimetrías o defectos casi imperceptibles como situaciones dramáticas que las paralizan. En muchos casos lo que estos pacientes necesitan no es una cirugía estética, sino más bien un tratamiento psicológico. Como cirujanos, hacerse la pregunta de si la intervención es realmente necesaria resulta vital para tomar una decisión adecuada sobre cómo proceder.
- ¿Cuánta experiencia tiene el cirujano?
Es comúnmente recomendado que un cirujano estético sea un verdadero profesional en su campo y realice este tipo de procedimientos al menos una vez por semana. Un cirujano que opera en la mandíbula solo tres veces al año, por ejemplo, no tendrá la experiencia deseada. Es importante que los pacientes que están considerando someterse a una cirugía estética facial no duden en preguntar al profesional acerca de su trayectoria y los años de experiencia que lleva en el campo.
Debemos recordar que lo que el cirujano haga en el quirófano afectará a algo tan visible como nuestro rostro, y esto tendrá una importancia decisiva en los resultados. Si un cirujano es especialista en cirugía digestiva y realiza una operación en el estómago que no queda perfectamente estético, puede ser problemático, pero si esto ocurre con el rostro, las consecuencias pueden ser aún más graves.
- ¿Qué complicaciones pueden presentarse?
Es cierto que una posible preocupación, especialmente para el profesional, es que las expectativas del paciente no sean realistas, a veces las personas esperan verse igual a una celebridad, pero el resultado nunca será exacto si se espera una cara totalmente diferente a la propia. La anestesia es otro aspecto relevante en cualquier procedimiento quirúrgico. Sin embargo, en este aspecto se debe confiar en el criterio del médico y seguir las pruebas y evaluaciones médicas previas recomendadas. La seguridad del paciente siempre es una prioridad y se seguirán los protocolos médicos adecuados para garantizar un procedimiento seguro y exitoso.
