El consumo habitual de marihuana podría aumentar significativamente el riesgo de problemas cardíacos, según dos estudios preliminares que se presentarán en las próximas sesiones de la Asociación Estadounidense del Corazón en Filadelfia.
Estos hallazgos, basados en investigaciones extensas, arrojan luz sobre la relación entre el consumo de marihuana y la salud cardiovascular.
En el primer estudio, que analizó datos de 156,999 personas saludables, se encontró que el consumo diario de marihuana estaba vinculado a un aumento del 34% en el riesgo de insuficiencia cardíaca.
Incluso después de 45 meses de seguimiento, las personas que consumían marihuana mostraron un riesgo mayor en comparación con aquellos que nunca habían probado la sustancia, independientemente de factores como la edad, el sexo o el historial de consumo. De los participantes, casi el 2% desarrolló insuficiencia cardíaca durante el período del estudio.
El autor principal de la investigación, Yakubu Bene-Alhasan, instó a una mayor exploración de los efectos del consumo de marihuana en la salud cardiovascular, destacando la importancia de entender las implicaciones para la salud, especialmente en el ámbito del riesgo cardiovascular.
En otro estudio, se examinaron datos de 28,535 adultos mayores de 65 años que no consumían tabaco y que fueron hospitalizados en 2019 debido a combinaciones de diabetes tipo 2, presión arterial alta y colesterol elevado.
Los resultados revelaron que los consumidores de marihuana enfrentaban un riesgo un 20% mayor de padecer una enfermedad cardiovascular aguda o enfermedad cerebral en comparación con los no consumidores. Además, se observó que el 7.6% de los consumidores de marihuana sufrieron un ataque cardíaco, en comparación con el 6% de los no consumidores.
Estos hallazgos resaltan la importancia de abordar el consumo de marihuana desde una perspectiva de salud pública, enfocándose en la conciencia de los posibles riesgos cardiovasculares asociados con su uso regular. A medida que la legalización de la marihuana continúa, la necesidad de investigaciones adicionales y la educación sobre sus efectos en la salud se vuelve crucial.
