Con la vocación en las venas
Claudia Almaraz / El Tiempo MonclovaPalmira les pide que se sensibilicen más con los niños, sobre todo con aquellos que dan más problema
Saltillo, Coah. - “Lo que declaran con la boca tus padres, eso serás”. Palmira Antonia Camacho Rodríguez, maestra por 30 años de su vida y jubilada hace 20 años, asegura haber nacido con vocación docente, pues desde los 4 años, jugaba a estar frente a su grupo de alumnos.
“Siempre me gustó la docencia, desde niña formaba las macetas en casa de la abuela y las llamaba por su nombre como si fueran niñas. Dios estuvo conmigo para realizar mi sueño y me dieron una beca, de lo contrario yo no hubiera tenido dinero para estudiar la carrera”.
La profesora Palmira desarrolló su labor profesional, la mayor parte, en colonias de bajos recursos, lo cual la llevó a ser más humana y a compadecerse del dolor que muchos de sus alumnos le expresaban por las carencias que tenían.
Como anécdota, cuenta una que le marcó la vida y la llevará en el corazón por el resto de su vida.“Me tocó un alumno de sexto año en una escuela en La Hibernia, la directora me preguntó cuál era mi gallo para las olimpiadas del conocimiento, estaba entre un niño que había llegado de la Ciudad de México, Ricardo, inteligente y propio para expresarse y otro que era muy humilde, se llamaba Ernesto, pero era sumamente inteligente. Sin embargo, la directora no confiaba en él por su condición y se terminó llevando al primero, cuando el segundo había ganado en la zona escolar, en todo el estado y posteriormente se fue a la Ciudad de México yo me sentí muy orgullosa de él”.
Haciendo una comparativa de la educación escolar de hace más de 20 años con la actual, la profesora señala que, por desgracia, esta se ha deteriorado en su totalidad y esto se debe a la desintegración familiar.“No hay respeto, por parte del alumno al maestro, ahora hasta los padres de familia van y les gritan. En mis tiempos tuve niños excelentes en conducta y esto se debe a la desintegración familiar, hay una gran cantidad de divorcios, cada uno de los padres por su lado y los niños en la calle. Y aparte algunos de los menores son hijos de delincuentes y amenazan de manera constante a los profesores, ‘los atan de manos’ para corregir las malas conductas”.
Debido al paso del tiempo y que todo ha cambiado, la maestra recomienda que hoy los papás estén más cerca de los niños, en todo lo que hacen, refiere que aquel pequeño que trae problemas de conducta detrás tiene problemas severos en casa.“Si tú, maestro, no le das la confianza a un niño de que te platique sus problemas para que lo puedas ayudar mínimo hablando con él, tratándolo bien, el niño no va a cambiar, pero tiene mucho que ver la calidad de los profesores”.
En la actualidad vemos que ya son pocos los maestros que están realmente comprometidos con la educación de la niñez, que realmente tienen la vocación para trabajar en la enseñanza de los menores y que estudiaron para realmente brindar un servicio de calidad a la sociedad, a lo cual la profesora opina que se debe al precario pago que reciben y las condiciones en las que trabajan.“Realmente ahora el maestro gana muy poco, no tienen incentivos, no hay aumento y si aunado a esto no tienen vocación, pues ahora sí, hacen como que les pagan, hacen como que trabajan”.
A los docentes actuales, Palmira les pide que se sensibilicen más con los niños, sobre todo con aquellos que dan más problema, que sean más humanos y ayuden un poco a solventar aquellas carencias que traen de casa.
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