El término “habitación de la depresión” fue popularizado gracias a las redes sociales. Sin embargo, detrás de este comportamiento puede haber un problema de salud mental que atender.
El desorden puede acumularse cuando las personas atraviesan una crisis de salud mental: no es un tipo de acumulación ni el resultado de la flojera. El culpable es el cansancio extremo.
Una casa desordenada también puede fomentar sentimientos de agobio, estrés y vergüenza. Y aunque ordenar no va a curar la depresión, puede mejorar el estado de ánimo.
- Consejos para mantener ordenados tus espacios:
- Concéntrate en la función, no en la estética:
Una de sus estrategias consiste en “ordenar cinco cosas”, la idea de que sólo hay 5 cosas en cualquier habitación: basura, platos, ropa sucia, cosas con un lugar y cosas sin un lugar específico. Concentrarse en una categoría a la vez evita que se sienta abrumada cuando parece que hay cien cosas diferentes que tienes que ordenar.
En el caso de las personas que están batallando con temporadas de depresión profunda, Si no tienes energía para lavar todos los platos, limpia solo uno o dos para la próxima comida o usa platos desechables. Si lavar ropa requiere de muchos pasos, no te preocupes por doblarla, las arrugas no le hacen daño a nadie.
- Haz tu hogar funcione para ti:
Las personas neurodivergentes, con trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH), autismo u otros trastornos de las funciones ejecutivas, también suelen lucha contra el exceso de desorden. Al igual que las “habitaciones de la depresión”, la “acumulación de objetos” ha cobrado popularidad para describir las cosas aleatorias que se acumulan y con las que no sabes qué hacer.
Casi todo el mundo tiene uno o dos cajones de objetos aleatorios en casa, pero estas pilas de desorden tienden a ser más omnipresentes en las personas con neurodivergencia.
El primer paso es prestar atención a los objetos que ordenas con frecuencia. Después, buscarles un lugar mejor. Es mejor hablar de sistemas, es decir, averiguar por qué las cosas están ahí, por qué el desorden se acumula en ese lugar y luego modificar el diseño o la organización en torno a cómo la gente está utilizando su casa en realidad.
- Ataca el problema antes de que empiece:
Una vez que el espacio esté limpio y relativamente ordenado, intenta dedicar unos minutos al día para mantenerlo así. Se recomienda programar un temporizador para cinco o diez minutos y ocuparte de todo lo que puedas en ese lapso. No es necesario terminar la tarea solo enfocarte en lo que puedas hacer por ese tiempo, te sorprenderías de lo mucho que puedes hacer.
