Colinas entre la drogadicción y basura; lanzan SOS autoridades
Monica Tovar / El Tiempo de MonclovaVecina con 9 años de vivir en el sector dice que la colonia es peligrosa para los que andan mal.
Es jueves por la tarde. Los rayos del sol se sienten como fuego aún dentro del camión que se mece de un lado a otro, como si alguien lo sacudiera con fuerza, de repente, un frenón y ya estábamos situados en una de las calles de la colonia considerada hoy en día como la más conflictiva de Monclova: Colinas de Santiago.
Al bajar de la unidad que parecía un antro rodante, el sopor por el viaje largo y tedioso se convirtió en segundos en miedo. Sí, en miedo.
Era la primera vez que visitaba Colinas y lo confieso, no tenía muy buenas referencias… pero qué mejor que conocer de cerca ese lugar y desentrañar el mito que lo rodea.A 22 años de su creación, Colinas de Santiago le arrebató muy pronto al sector Oriente el título de la zona más peligrosa y conflictiva de Monclova.
Para Aries Guel, quien reside en el populoso sector desde hace 9 años, Colinas no es tan peligrosa como se dice.
El mote se creó, menciona, desde que llegaron personas ajenas a la colonia, después de esto se incrementó rápidamente el problema de drogadicción que apenas extendía sus garras entre los jóvenes de la localidad.
“Antes de eso Colinas era muy tranquilo, yo tengo 9 años aquí, de hecho, vivo allá al final y jamás he tenido ningún problema, mientras tú no te metas con nadie, nadie se mete contigo”, dijo la entrevistada, que atiende un pequeño negocio de yukis, elotes y otros antojos.
“Nosotros pertenecemos a una iglesia de aquí que se llama La Vid, hemos difundido la palabra de Dios y si hemos visto un cambio, pero es poco porque los jóvenes que están atrapados en las drogas se rehúsan a ser ayudados”, agregó.
Ante la pregunta de “Si tú fueras la alcaldesa de Monclova, ¿Qué mejoras harías en Colinas?”, la joven se ruboriza y mirando hacia el horizonte con una sonrisa tímida dice que lo primero que haría sería llevar empresas al sector.
“Sería más que nada para enfocar en algo positivo a los jóvenes y ayudar a los desempleados, luego de eso mejoraría la limpieza, hay mucha maleza, al menos por dónde yo vivo está así”, agregó.
Pese a los problemas del sector, Aries asegura que, aunque tuviera la oportunidad de cambiarse de colonia, seguiría eligiendo a Colinas de Santiago para vivir, pues ha creado un lazo de amistad fuerte con los vecinos, y junto con sus hermanas e hijos ha aprendido a proveer su propia seguridad.
Colinas va creciendo. A pocos metros del local que atiende la joven entrevistada se encuentra una sucursal de una conocida frutería, la cual tiene poco tiempo de haberse instalado y en palabras de Guel, representa un gran avance para el sector porque ya no tienen necesidad de trasladarse a otras colonias para hacer sus compras.
Invasión de casas, otro problema grave. Basta con recorrer unas cuantas cuadras, para darse cuenta que la invasión de casas, o paracaidismo, que es uno de los principales problemas de Colinas.
“Aquí el detalle es que como empezó a haber mucho robo, la gente se fue a otras colonias y dejó solas sus casas, fue llegando de otras colonias y de repente se trajeron a sus familiares a vivir en esas casas, y así fue como empezaron a invadirlas todas”, dice Imelda Solís, vecina del sector que junto con su familia atiende un puesto de comida en una de las áreas públicas de Colinas.
“En las casas que están hasta la orilla hay gente hasta de otros países que llega porque aquí pasa el tren”, secundó Yohanna, mientras le preparaba un elote cocido a una clienta.
“Uno entiende que el error principal es de los dueños por haber dejado solas las casas, llegaron otros y les quitaron ventanas, puertas y hasta las tazas del baño, luego llegaron estas personas y se adueñaron de las casas, y así va a seguir este problema porque nadie les pone freno”, agregó.
Cuando se les pregunta a Imelda y a Yohanna si Colinas es una colonia peligrosa o es solo la “mala fama”, ellas coinciden al decir que en general es un sector tranquilo y familiar, los problemas los generan aquellos que se dedican a la venta de droga porque están atrapando cada vez a más jóvenes y eso se refleja en la deserción escolar.
“Aquí no estudia el que no quiere o el que anda mal”, menciona Imelda, “aquí tenemos kínder, primarias y secundarias, ya para la prepa tienen que irse a la Obrera, pero no es tanto lo que los muchachos tienen que recorrer”, agrega Imelda, quien llamó a las autoridades a apoyarlos en cuestión de limpieza, bacheo y alumbrado público.
“Sí vienen los camiones, el problema es que se llevaron casi todos los contenedores, entonces la gente lo que hace es tirar la basura en los terrenos baldíos y ahí es un foco de contaminación”, dice Yohanna.
“También hay mucha hierba por todas partes y hacen falta más lámparas, por la vigilancia no nos quejamos, si vienen las patrullas y recorren las calles, pero apenas se van y empieza el descontrol en algunas partes, sobre todo en las orillas que es donde hay más robos”, menciona Imelda para finalizar.
“Cráteres” en las calles . Las calles de Colinas parecen un escenario postguerra: Hay pozos por doquier y algunos son tan grandes, que provocaron que el transporte público dejara de ingresar ante las pésimas condiciones del pavimento.
Estos “cráteres” no solo dificultan el tránsito vehicular, también han sido causantes de caídas de niños y adultos mayores, y accidentes vehiculares.
“Aquí las calles bonitas son las que están a la entrada, nada más, esas sí están pavimentadas, las demás están llenas de pozos”, dice Gilberto Martínez, vecino del sector.
“Colinas es peligroso para el que anda mal o el que se mete en problemas, si tú te la llevas bien con todos vives tranquilo, aquí lo que vino a echar a perder todo fueron las malditas drogas”, reitera.
Al igual que los demás entrevistados, Gilberto señala que la falta de contenedores propicia que se estén creando basureros clandestinos que empeoran la imagen del sector.
Un “paraíso” entre la basura y el olvido. A mitad de la colonia hay dos canchas deportivas que están rodeadas de hierba, basura y escombros.
El escenario es singular. La cancha de fútbol con césped de color verde en tonos vivos contrasta con el olvido que prevalece a su alrededor, pero eso no impide que los niños acudan a divertirse un rato cuando cae el sol.
A un costado de esta cancha está un campo de béisbol que, al igual que el de fútbol, ya presenta los estragos por la falta de mantenimiento.
Las familias que acuden a estas áreas deportivas lanzaron también un llamado de auxilio a las autoridades para que no permitan que la inversión realizada termine tirada a la basura.
Disfunción familiar. Si hay alguien que pueda percibir los problemas familiares y sociales que arrastran los niños y jóvenes desde su hogar, son los maestros.
El profesor Leopoldo Fonseca, quien tiene a su cargo la Dirección de la escuela Miguel Ángel Asturias, ubicada en la calle El Socorro de este sector, afirma que Colinas se ha ganado el mote de “colonia conflictiva” por las situaciones de violencia y robo que se registran con frecuencia.
“Nosotros en la escuela tratamos de erradicar eso y fomentamos en los alumnos valores que lo inclinen a la toma de buenas decisiones”, afirma el docente. ¿Profesor, ¿cuáles cree que son las principales necesidades de Colinas?; “Pues desde los servicios básicos, como agua, luz, recolección de basura, pavimentación, alumbrado público y seguridad”.
Fonseca, ¿Quién ha impartido clases y ha estado frente al timón de diversos planteles?, agrega que para él no hay diferencia entre los alumnos de ese sector y de las demás colonias.
“No creo que sea el sector, pero casualmente hay mucha disfunción familiar, niños que son criados por sus abuelos, o incluso sus mismos hermanos mayores se tienen que hacer cargo de ellos, puesto que los padres se van a trabajar para poder sostener económicamente a su familia”, afirma. Fonseca, externa que en reunión con los docentes del plantel, han coincidido en la necesidad de que los padres se interesen más en los estudios de sus hijos.
En relación al aprendizaje, el director agrega que la escuela tiene, como todas, alumnos con rezago, “pero este problema se incrementó con la pandemia y es algo que se está viviendo en todos los planteles, sean públicos o particulares”, menciona.
El director acepta que se han detectado problemas de conducta entre los estudiantes, pero son esporádicos, se atienden en su momento y se logran controlar.
Hay alumnos talentosos. A pesar de la falta de atención que sufren en su hogar, Fonseca, afirma que en el plantel han tenido alumnos que destacan en diversas áreas.
Tal es el caso de Marbella Guadalupe Olalde Fuentes, quien tuvo una destacada participación en la reciente edición de la Olimpiada del Conocimiento.
Marbella logró avanzar a la etapa regional, algo que no se había visto desde hace un tiempo en el plantel.
Un plantel con carencias. El director Fonseca destaca el apoyo de las autoridades hacia la institución que dirige.
“Sí se nos ha brindado apoyo cuando se ha requerido, por ejemplo, cuando se dio el regreso después de la pandemia y nos habían robado la instalación eléctrica, el municipio nos apoyó con la reconexión del mismo, el gobierno estatal con la instalación de protecciones y la reconexión de los minisplit, desafortunadamente la escuela sigue teniendo necesidades y no todas se han subsanado”.
Entre las carencias más apremiantes del plantel está la falta de seguridad y alumbrado, lo que se ha reflejado en hechos delictivos como robos y vandalismo, pero la abundante hierba que rodea al plantel hace notorio también la falta de mantenimiento. Además, agrega el directivo, que los baños están en mal estado, lo que puede originar un foco de infección. ¿Para finalizar, qué consejo les daría a los padres de familia sobre la educación de sus hijos? “Que se ocupen más en la educación de sus hijos, ¡que inviertan en tiempo de calidad!, que les trabajen la autoestima, y principalmente que crean en sus hijos, ellos pueden realizar grandes cosas si sueñan en grande”, agregó el director.
¿Realidad o mito?. Después de escuchar todos los testimonios, me dispongo a salir del sector mientras veo a su gente circular por las calles como en cualquier colonia, y la única conclusión a la que puedo llegar es esta: No hay colonia mala ni conflictiva, Colinas ha tenido la mala suerte de tener que albergar a personas foráneas que al no tener ningún aprecio por el sector ocasionan problemas y arrastran consigo a los jóvenes, eso es algo innegable… Pero también es cierto que mejorar la integración familiar, escuchar más a los hijos e interesarse por sus estudios y el ambiente que los rodea puede lograr cambios excepcionales, sólo es cuestión de querer.
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