Un entretenimiento con el que crecieron miles de familias, terminó en fuego por una acumulación de gas. No se pudo rescatar nada, ni la estructura.
A cenizas quedó reducido el conocido “Circo Ruliman” que por 48 años hizo reír a niños y grandes en Monclova y la Región Centro de Coahuila, principalmente con el impresionante espectáculo “El Péndulo de la muerte”, el cual cayó debido a las voraces llamas.
De acuerdo a lo informado por los Bomberos, el incendio se generó por una explosión que fue provocada por acumulación de gas, resultando un hombre con quemaduras de primer y segundo grado la tarde del lunes.
El siniestro fue reportado al 911 alrededor de las 13:00 horas, sobre la calle Emiliano Zapata de la colonia Veteranos de Monclova, donde estaba instalado el circo desde el 2020, tras ser afectado seriamente por la pandemia.
El fuego generó también una enorme columna de humo que se dejó ver en varias partes de Monclova, movilizándose de inmediato, elementos del cuerpo de Bomberos y Policías Municipales.
En el lugar encontraron a Víctor Byron Alejandro Robles Tobías familiar de la esposa de Carlos Martínez Castillo, dueño del Ruliman, dormido al interior de una camioneta y al despertarlo intentó rescatar parte del circo, pero terminó con quemaduras de primer y segundo grado, por lo que tuvo que ser sacado por los oficiales Preventivos.
Mientras que los Bomberos iniciaron las labores para sofocar el fuego que lamentable arrasó prácticamente en su totalidad con el circo que llevó felicidad a varios sectores de Monclova, Víctor Byron recibió primeros auxilios por socorristas de Cruz Roja y después fue llevado a un hospital.
De acuerdo al conocido historiador y periodista Néstor Jiménez el “Circo Ruliman” pisó Monclova por primera ocasión la primavera de 1975, cuando el actual dueño Carlos Martínez apenas tenía 10 años de edad.
La familia de artistas circenses en aquel año montó la carpa sobre un baldío en la calle Progreso de la Zona Centro contiguo a lo que hoy es la escuela primaria Federal “Sara Múzquiz Castillo”.
El historiador agregó que dos años después, en 1977, cuando Carlos Martínez cumplió 12 años, decidió probar suerte y buscó trabajo en el circo “Francisco Atayde” que rentaban el nombre los hermanos Esqueda donde hacía de todo.
“Posteriormente continuó con su aprendizaje en el circo de Johnny Lam y sus tigres blancos además de laborar en el circo “Barley”. Todos de gran tradición en México y dónde perfeccionó el trapecio, la cuerda floja entre otros actos temerarios”, dijo Néstor Jiménez, quien tuvo la oportunidad de entrevistar por años a Carlos Martínez.
En su investigación, el historiador también tuvo conocimiento de que diez años después falleció don Félix en 1987 y que el circo estaba en el Estado de Chihuahua, pero en el año de 1989, Carlos tomó las riendas del “Circo Ruliman” poniéndose de acuerdo con sus hermanos, para regresar a Monclova.
Uno de los espectáculos con el que el Ruliman maravilló a chicos y grandes en Monclova y la región fue “El Péndulo de la muerte”, el cual realizaba el mismo Carlos Martínez.
En ese mismo año nacieron los famosos personajes del Ruliman que fueron admirados por al menos tres generaciones: Carlos se convirtió en el simpático e icónico payaso “Cachurrín”, además de ser el malabarista temerario “Carlos Víctor”; su hermano menor Víctor Manuel era el inolvidable equilibrista y trapecista “Víctor Iván”; el mayor de todos Francisco, se transformó en el legendario “Mister Rulimán”, experto en el trompo y maestro de ceremonias.
Al equipo se unió su prima, Ericka Castillo Davenford, contorsionista que además mostraba la fuerza de su cuero cabelludo, misma que actualmente radica en Inglaterra.
Otro de los espectáculos que atraía a los menores era el de los dos perritos samoyedos “Ford” y “Marquis” que realizaban sus habilidades que asombraron a propios y extraños.
Su popularidad creció como la espuma y se distinguió entre los demás circos pequeños como “La carpa Meraz”, circo “Gigante de Mónaco”, “El espectáculo de Claudia Tayde” y “La carpa Carrusel”.
Desde entonces el Ruliman recorrió las diferentes colonias de Monclova donde buscaban lotes baldíos para instalarse.
Fue famoso también el acto del “Rolland Rolland” en el cual se invitaban a niños a tratar de ejecutarlo, era una tabla encima de un rodillo en el cual “Carlos Víctor” demostraba su equilibrio. Y uno de los artistas más recordados: Mario Marín, finalizó el historiador Néstor Jiménez.
