ChatGPT crea una canción al estilo de Nick Cave y el cantante responde: 'es una burla grotesca'
AGENCIAS / EL TIEMPOA estas alturas, es posible que hayas oído hablar de ChatGPT, la inteligencia artificial de OpenAI que responde a todo tipo de preguntas en formato chat. El que sin duda ha oído hablar de ella es el cantante Nick Cave.
Hace unos días, Cave recibió el siguiente mensaje de un fan llamado Mark:
Parecía un mensaje bienintencionado, pero el fan tocó una fibra sensible en Cave. En una carta abierta, el cantante dijo que había recibido “docenas” de canciones similares, e inició una diatriba contra las IAs generativas, la composición de canciones mal entendida y el declive de la civilización. “El apocalipsis está en camino”, vaticinó el autor de Into My Arms.
“Lo que hace grande a una gran canción no es su gran parecido con una obra reconocible —dijo—. Escribir una buena canción no es el mimetismo, la réplica o el pastiche, sino todo lo contrario. Es un acto de suicidio que destruye todo lo que uno se ha esforzado por producir en el pasado”.
Sobre la canción ‘compuesta’ por ChatGPT, añadió: “con todo el amor y el respeto del mundo, esta canción es una mierda, una burla grotesca de lo que es ser humano”. Y se quedó tan a gusto.
Si bien algunos usuarios quedan tan embelesados con los modelos de lenguaje que le atribuyen su propia consciencia, ChatGPT está entrenada para ‘coser’ texto en base a un cálculo de probabilidades, y esto, como dice Cave, tiene muchas limitaciones a la hora de componer una canción. Por no hablar de la pesadilla legal que se avecina con tantas IAs generando obras a partir de las obras protegidas por derechos de autor con las que fueron entrenadas.
Esta misma semana, el mismo equipo legal que demandó a Microsoft por GitHub Copilot (una herramienta que ayuda a los programadores a autocompletar código) presentó una demanda colectiva contra Stability AI, Midjourney y Deviantart por una supuesta infracción de los derechos de autor de las imágenes con las que fueron entrenadas sus IAs. ¡Vienen curvas!
La carta completa de Nick Cave:
Querido Mark:
Desde su lanzamiento en noviembre del año pasado, muchas personas, la mayoría hechizadas con una especie de asombro por el algoritmo, me han enviado canciones ‘al estilo de Nick Cave’ creadas por ChatGPT. Han sido docenas. Basta con decir que no siento el mismo entusiasmo por esta tecnología. Entiendo que ChatGPT está en pañales, pero tal vez ese sea el horror emergente de la IA: que siempre estará en pañales, pues siempre tendrá más camino por recorrer, y la dirección siempre será hacia delante, siempre más rápido. Nunca podrá retroceder ni ralentizarse, ya que nos lleva hacia un futuro utópico o tal vez hacia nuestra destrucción total. Quién sabe cuál de los dos será. A juzgar por esta canción “al estilo de Nick Cave”, no tiene buena pinta, Mark. El apocalipsis está en camino. Esta canción apesta.
Lo que sí es ChatGPT, en este caso, es la réplica como parodia. ChatGPT puede escribir un discurso, un ensayo, un sermón o una necrológica, pero no puede crear una canción auténtica. Quizá con el tiempo pueda crear una canción que, en apariencia, no se distinga de la original, pero siempre será una réplica, una especie de burlesque.
Las canciones surgen del sufrimiento, es decir, se basan en la compleja e interna lucha humana de la creación y, bueno, que yo sepa, los algoritmos no sienten. Los datos no sufren. ChatGPT no tiene un ser interior, no ha estado en ninguna parte, no ha soportado nada, no ha tenido la audacia de ir más allá de sus limitaciones, y por lo tanto no tiene la capacidad de una experiencia trascendente compartida, ya que no tiene limitaciones de las que trascender. El melancólico papel de ChatGPT es que está destinada a imitar y nunca podrá tener una experiencia humana auténtica, por muy devaluada e intrascendente que pueda llegar a ser con el tiempo la experiencia humana.
Lo que hace grande a una gran canción no es su gran parecido con una obra reconocible. Escribir una buena canción no es mimetismo, réplica o pastiche, sino todo lo contrario. Es un acto de suicidio que destruye todo lo que uno se ha esforzado por producir en el pasado. Son esas peligrosas y desgarradoras salidas que catapultan al artista más allá de los límites de lo que reconoce como su yo conocido. Esto forma parte de la auténtica lucha creativa que precede a la invención de una letra única de valor real; es la confrontación sin aliento con la propia vulnerabilidad, el propio peligro, la propia pequeñez, enfrentados a una sensación de descubrimiento súbito impactante; es el acto artístico redentor que conmueve el corazón del oyente, donde el oyente reconoce en el funcionamiento interno de la canción su propia sangre, su propia lucha, su propio sufrimiento. Esto es lo que los humildes humanos podemos ofrecer, que la IA sólo puede imitar, el viaje trascendente del artista que siempre lidia con sus propios defectos. Ahí es donde reside el genio humano, profundamente arraigado dentro de esas limitaciones, pero superándolas.
Puede parecer que me estoy tomando todo esto de forma demasiado personal, pero soy un compositor que está inmerso, en este mismo momento, en el proceso de escribir canciones. Es un asunto de sangre y vísceras, aquí en mi escritorio, que requiere algo de mí para iniciar la idea nueva y fresca. Requiere mi humanidad. No sé cuál es esa nueva idea, pero está ahí fuera, en algún lugar, buscándome. Con el tiempo, nos encontraremos.
Mark, gracias por la canción, pero con todo el amor y el respeto del mundo, esta canción es una mierda, una burla grotesca de lo que es ser humano, y, bueno, no me gusta mucho - aunque, ¡espera!, releyéndola, hay una línea ahí que me habla:
“Tengo el fuego del infierno en mis ojos”
—dice la canción ‘en el estilo de Nick Cave’, y eso es cierto. Tengo el fuego del infierno en mis ojos, y es ChatGPT.
Con amor, Nick
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