El edificio de 22 metros cuadrados tiene condiciones para albergar hasta mil 400 internos, se desconoce el número de reos a trasladar una vez operando.
Cuadrillas de trabajadores realizan limpieza en los módulos penitenciarios, remozan y revisan tuberías, mientras que las oficinas ya están habilitadas con electricidad y teléfono, para reiniciar la operación del Centro de Rehabilitación Social (Cereso), en un par de meses.
A cargo de la Secretaría de Seguridad Pública del estado está el edificio que albergará nuevamente a reos del estado que serían trasladados de los penales de Saltillo, Piedras Negras, Torreón y Sabinas.
Limpieza. Ya se han aseado cuatro módulos de seis donde se tienen las celdas al interior del penal y actualmente limpian el módulo seis, por 15 trabajadores enviados por la presidencia municipal. Solo hay tres oficinas administrativas habilitadas y con mobiliario, así como la recepción de la dirección, en el primer piso, el resto de las áreas están vacías y con algunas condiciones de deterioro en marcos de las puertas y en el techo. Hay acumulado material de construcción en la entrada del centro penitenciario, como cemento, para labores de reparación, así como unos archiveros.
En el patio del Cereso, los encargados por pate de la SSP junto con personal de la presidencia y otras personas recorrían el lugar y hacían señas.
Revisión. El Sistema Intermunicipal de Agua y Saneamiento realizó la inspección de las líneas de agua y drenaje y del cárcamo que tiene el penal, dado que tiene pozos propios y su fosa séptica, por lo que Simas apoya en efectuar un diagnóstico de las condiciones y lo que deben de rehabilitar, ya que tienen mucho tiempo sin usar.
Eduardo Campos, gerente de Simas, confirmó que el penal tiene pozos propios de agua y la secretaria de Seguridad Pública, Sonia Villarreal Pérez, les pidió apoyo para hacer el diagnóstico de estas líneas lo antes posible, pues lo que quieren es dar celeridad a tener lista la infraestructura para operar nuevamente el Cereso.
Cereso. Ubicado en la carretera a Candela, en el kilómetro 10, el edificio aún tiene las letras de Cefereso No. 10 en la entrada y es vigilado por una unidad y elementos de la Guardia Nacional. Desde el 2015 dejó de funcionar y los reos fueron trasladados a las diversas cárceles del estado, al pasar a la administración Federal, y ahora lo operará Coahuila. El penal tiene capacidad para mil 400 internos.
