El cáncer cervical es una enfermedad que afecta a las células del cuello uterino y es causado en la mayoría de los casos por el virus del papiloma humano (VPH).
Según la Organización Mundial de la Salud, el cáncer cervical es el quinto cáncer más común en las mujeres a nivel mundial, con más de 570,000 nuevos casos diagnosticados cada año y es una de las principales causas de muerte en mujeres en países de ingresos bajos y medianos.
La detección temprana y el tratamiento del cáncer cervical son esenciales para mejorar la supervivencia y reducir el número de muertes relacionadas con esta enfermedad. Los estudios clínicos y la revisión médica periódica son fundamentales para lograrlo, ya que permiten detectar cambios pre cancerosos y cancerígenos en etapas tempranas. Se realizan varios estudios para el diagnóstico del cáncer cervical, como la citología cervical, la colposcopia, la biopsia y las pruebas de VPH, así como revisiones ginecológicas para asegurarse de un buen estado de salud ante cualquier sospecha.
Estudios clínicos para el diagnóstico de cáncer cervical
- Citología cervical
Se toma una muestra de células del cuello uterino y se analiza para detectar cualquier anormalidad.
- Colposcopia
Es un examen que se realiza con un instrumento llamado colposcopio, que permite observar el cuello uterino con mayor detalle.
- Biopsia
Se extrae una pequeña muestra de tejido del cuello uterino para analizarla en el laboratorio y determinar si hay cáncer.
- Pruebas de VPH
Se realizan para determinar si hay algún tipo de virus del papiloma humano (VPH), que puede ser un factor de riesgo para el cáncer cervical.
Importancia del Papanicolau
De acuerdo con la OMS, gracias al Papanicolau, también conocido como citología cervicovaginal, se pueden detectar lesiones premalignas en el cuello de útero y tratarlas a tiempo para prevenir el riesgo de cáncer y en caso de que el especialista de salud encuentra alguna alteración inusual puede ordenar los estudios clínicos adecuados para descartar la enfermedad o confirmarla.
La realización regular de Papanicolaou ayuda a prevenir el cáncer cervical, puesto que permite detectar y tratar cambios pre cancerosos antes de que se desarrollen en cáncer invasivo.
La OMS recomienda que las mujeres entre las edades de 9 y 45 años se vacunen contra el VPH y que se realice un examen de Papanicolaou cada 3 años para detectar cambios precancerosos temprano.
La implementación de programas de detección temprana y tratamiento del cáncer cervical, y la promoción de estilos de vida saludables son fundamentales para reducir el riesgo de la enfermedad y mejorar las tasas de supervivencia.
