No podrás creer cómo lucen Don Hermes y doña Julia.
Yo soy Betty, la fea rompió todos los récords posibles y fue una de las novelas más vistas. La historia tenía algo distinto, y es que su heroína no era justamente una bella y atractiva como solía ser en las telenovelas que se estrenaban. Aquí los estereotipos estéticos jugaron otro papel.
La telenovela tuvo muchos personajes recordados como fueron Don Hermes y Doña Julia, los padres del personaje de Betty, la fea. Muchos años después de finalizada la producción, aun sigue vigente la historia y muchos fanáticos han seguido en Instagram las carreras artísticas tanto de ellos como de otros personajes.
Jorge Herrera le dio vida a Don Hermes, el padre de Betty, la fea. Luego de la exitosa telenovela, el actor siguió su carrera con varios éxitos. Actualmente, es licenciado en Arte Dramático, tiene 74 años de edad y está más que vigente en el mundo de la interpretación. Hotel Providencia (2022) y Las uñas de Don Julio (2022) fueron sus últimas películas y sus últimas series son Echo 3 (2022) e Interiores (2021), según IMDb.
La talentosa actriz Adriana Franco tenía 45 años de edad cuando se convirtió en Doña Julia, la dulce madre conservadora del personaje de Betty, la fea que rezaba todas las noches para que hija dejara de ser soltera. Luego de su actuación, la actriz continuó construyendo su trayectoria actoral, principalmente, en televisión. Actualmente tiene 68 años y sigue actuando. El cortometraje La bestia (2018) y las telenovelas Enfermeras (2019) y Te la dedico (2022) son los últimos proyectos en los que trabajó.
Durante los últimos años, la actriz que encarnó a la madre de Betty, la fea ha compaginado su carrera con su trabajo como dueña de una empresa de eventos y organización de fiestas temáticas. En este proyecto está junto a su esposo, el actor Rafael Bohórquez. Según El Tiempo, la pareja también se ha dedicado a la fabricación de artesanías, la venta de cerveza artesanal y otros pequeños emprendimientos a la par de su desempeño como actores. Actualmente, llevan cinco años radicados en una casa en el campo, lejos del bullicio de la ciudad.
