Las Águilas vinieron de atrás para llevarse su triunfo más prestigiado del torneo actual.
América sacó a su arcángel guardián en el momento que más lo necesitaba ante Monterrey. Con la ventaja en el marcador, un polémico penalti sobre Duván Vergara puso en jaque al americanismo. Luis Ángel Malagón sacó las alas y voló ante un tibio disparo de Joao Rojas para evitar la paridad regia en el Azteca. El ex arquero de Necaxa se puso la capa de héroe, su atajada podría significar la Liguilla directa para el equipo más ganador del país, 2-1 final.
La Pandilla arrancó con la estabilidad que lo caracterizó a lo largo del torneo. Rayados soportó los primeros embates locales. Cabecita Rodríguez entró al área, pero la Sabandija Andrada sacó con seguridad. El temple de lo de Vucetich fue constante. Ponchito estuvo cerca de abrir el marcador. En la segunda oportunidad, Meza abrió el marcador después de un contragolpe. Malagón tapó, pero Maxi estuvo atento para mover la red. América tuvo en Andrada a su mejor jugador. El arquero de Monterrey erró en una y logró borrar su error. La siguiente pifia sí le costó. Esteban manoteó erróneamente, Valdés robó para igualar los cartones. El descanso llegó. La vuelta al campo fue emocionante. América no encontró las vías de acceso, siempre fue protagonista, sin que la pelota pudiera volver a entrar en la portería de Andrada. La desesperación hizo que el Tano Ortiz, desde la grada, le indicara a su segundo, Peter Thelemaque, mandar a Viñas. El Tanque sustituyó al ídolo Henry Martín. La gente se metió con el charrúa, pocos minutos después, borraron los reclamos con el grito de gol. Federico recibió en el área, con maestría, definió al palo más lejano del arquero regio. Los segundos finales se jugaron en el Azteca. Andrada se volvió a equivocar y vio la roja, el marcador se quedó como estaba. No hubo más en el Coloso de Santa Úrsula, con ayuda de su Ángel, América ganó y ya es el tercer mejor equipo del torneo. La deuda de Viñas con la afición se saldó, el triunfo parecía sentenciado, cuando Vergara cayó en un roce con Cáceres. Fue ahí donde la hazaña de Malagón se concretó.
