La Facultad de medicina está en la mejor disposición de colaborar porque sienten que son trastornos que van en ascenso.
Saltillo, Coah. - El encierro, la incertidumbre, la ansiedad, la angustia y la modificación en los hábitos de conducta en el estilo de vida impactan en el nivel de salud emocional de la población, alertó el director de la Facultad de Medicina, Jesús Ángel Padilla Gámez.
Este es un gran pendiente para la comunidad, se vivió una etapa de estrés emocional como sociedad a partir de la pandemia y esto impactó en el nivel de salud de la población, expuso.
“Prevemos que vayan a surgir efectos secundarios de la enfermedad, se anticipa que puedan surgir problemáticas de interacción entre las personas, esto nos hace que la vocación preventiva trate de buscar, primero rehabilitarnos emocionalmente, prevenir los problemas e incidir junto con la sociedad e instituciones de salud mental”, indicó
Como médicos de la Facultad de Medicina se tiene un carácter preventivo y se quiere que eso sea traspolado a la sociedad, porque se sabe que hay efervescencia de este tipo de problemas.
En este contexto hay un llamado a la Facultad de Psicología, Salud Pública Municipal y la Facultad de Medicina se suma a las líneas que maneja la Secretaría de Salud Pública del Estado, para enfrentar esta forma de dificultades en la salud.
Un estudio reciente de los Servicios de Atención Psiquiátrica (SAP) de la Secretaría de Salud de México ha revelado que 3.6 millones de personas adultas en el país padecen depresión, con un 1% de los casos siendo severos.
La pandemia de Covid-19 ha dejado graves repercusiones en la salud mental, aumentando los problemas psicosociales.
El informe Panorama de la Salud 2021 de la OCDE señala que el impacto de la pandemia en la salud mental ha sido enorme, con un aumento del doble en casos de ansiedad y depresión en comparación con los que había antes de la crisis, especialmente en México, Reino Unido y Estados Unidos.
Según la OMS, algunos de los riesgos psicosociales que ponen en riesgo la salud mental:
- Cargas o ritmo de trabajo o estudio excesivos.
- Horarios excesivamente prolongados, antisociales o inflexibles.
- Condiciones físicas inseguras o deficientes en las ciudades.
- Cultura institucional que permite comportamientos negativos.
- Violencia, acoso u hostigamiento.
- Discriminación y exclusión.
- Inseguridad laboral o remuneración inadecuada.
- Demandas conflictivas para la conciliación de la vida familiar y laboral.
