A pesar de las recomendaciones de las autoridades de no pisar las tumbas, los visitantes de los cementerios hacen caso omiso y ponen en riesgo su vida.
El 9 de septiembre del 2019, una mujer de 50 años, Juanita Martínez, cayó al fondo de una fosa en el panteón Guadalupe y fue sustraída de una profundidad de cinco metros. Al menos cuatro personas sufrieron un accidente similar en la víspera del día de muertos en el 2019. Blanca Palomares, de 60 años, la mañana del 1º de noviembre del 2021, fue sustraída tras caer cuatro metros al fondo de una preparación para gavetas en el mismo camposanto.
Estos accidentes tienen un común denominador: la falta de precaución al pararse o acercarse demasiado a losas o lápidas calcinadas que tapan las tumbas. Y es que para el departamento de Protección Civil de Monclova, es un problema serio que se debe combatir con la prevención. Por ello se inició, antes de las fechas de la celebración de los fieles difuntos, un operativo de detección de tumbas de alto riesgo para los visitantes, en los panteones municipales, entre ellos el Guadalupe, el más viejo del área conurbada de Monclova y Frontera (Construido por órdenes del alcalde Cecilio Páez en 1899 y se inauguró en 1900).
Quebradizas. Julio Ríos, subdirector de la dependencia municipal, señaló que son 65 tumbas las que se detectaron en estas condiciones, 40 en el panteón Guadalupe y 25 en el Sagrado Corazón de Estancias de Santa Ana: Placas de cemento quebradizas, lápidas de mármol quebradas, fosas abiertas sin ningún tipo de tapas, en fin un peligro potencial para las personas que acuden a rendir tributo a sus muertos.“En el 2021 fueron cinco accidentes en el Guadalupe y dos en el Sagrado Corazón, hasta ahorita ninguno en lo que va de 2022” dijo el experto en rescate y explicó que los problemas más comunes son tumbas abiertas y tapas sensibles.
El concreto al estar expuesto a la intemperie a lo largo de los años registra cambios, por lo pronto la estructura metálica que refuerza las tapas, como las varillas se oxidan. El cemento es un material quebradizo y las temperaturas juegan un papel importante en su composición. El registrar grietas, es indicativo de algo peor, así que, al aplicársele un peso externo, es cuestión de tiempo que se parta.
La falta de cuidado de los dueños de los predios funerales es otro factor: “Por eso estamos tomando las medidas preventivas antes de los días fuertes de la conmemoración fúnebre”.
La mayoría de los accidentes es porque la gente pisa las tapas y en el mejor de los casos pueden caer desde dos metros y en el peor hasta seis de profundidad.
Las precauciones inician con observar las tumbas, detectar si tienen daño y lo más importante evitar subir a ellas: “Ya sea para sentarse, ya sea para acortar camino entre el cementerio, siempre hay que evitar pisarlas” dijo Julio Ríos.
Riesgo. Cualquier concreto tiene cierta vida útil y las losas de algunas tumbas ya sobrepasaron ese tiempo: “Tenemos dos semanas tra detectando las tumbas deterioradas o que a simple vista son un problema serio” indicó y dijo que al ubicarlas se acordonaron para evitar que las personas se acerquen a cierta área y sufran un accidente.
Adelantó que a partir del día 1º de noviembre en que se conmemora la partida de los “Angelitos” se intensificarán los rondines por parte de Protección Civil y también Bomberos: “La idea es enfocarnos a la rápida respuesta en primeros auxilios y rescate, pues a pesar de recomendarle a la gente a la entrada del cementerio que no incurra en pisar las tumbas, no se descarta cualquier riesgo”.
Sin embargo, la mejor recomendación es recordar que la vida no retoña y es una ironía que al estar dentro de un panteón, la gente exponga su vida al pisar la última morada de quienes duermen el sueño eterno, pues es un albúr la resistencia de las lápidas.
