Las malas condiciones en que se encuentran muchos de los caminos rurales provocan que las unidades deban ser sometidas a frecuentes reparaciones.
Los campesinos que requieren de las rutas de transporte ejidal para trasladarse de sus comunidades a la ciudad están expuestos a un servicio que, además de caro, es deficiente y sin una debida supervisión por parte de la autoridad que debe regularlo.
Usuarios del servicio se quejan de que algunos choferes les hacen dos cobros en un mismo viaje, uno en el tramo de los caminos rurales, y otro por el recorrido que corresponde a carreteras.
Por su parte, personal de algunas empresas transportistas admite que las unidades se encuentran en mal estado y es común que sufran desperfectos a medio camino, sin poder concluir la ruta.
También señalan que las malas condiciones en que se encuentran muchos de los caminos rurales provocan que las unidades deban ser sometidas a frecuentes reparaciones.
La supervisión de este servicio es competencia de la Subsecretaría de Comunicaciones y Transportes del Gobierno estatal, sin embargo, a decir de los usuarios y los operadores, no hay una inspección cotidiana sobre las condiciones en que se está trabajando.
