Funcionó como un pequeño oasis para quienes esperaban el paso del tren
Juchitán. – La Plazoleta de la Hermandad, construida por la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para Refugiados en México (ACNUR) y el anterior gobierno municipal de Ciudad Ixtepec en beneficio de migrantes, fue demolida por trabajos que realiza el Ferrocarril del Istmo de Tehuantepec (FIT), en la estación ferroviaria de esa jeromeña ciudad.
Cuando el 12 de noviembre de 2020 se inauguró la Plazoleta de la Hermandad, al costado poniente de la terminal del tren, la entonces representante de la ACNUR en Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, Kristin Riis Halvorsen, expresó que ese espacio sería “un bonito lugar para la convivencia” de los migrantes en tránsito.
Cubierta con plásticos negros, la zona de la estación ferroviaria de Ciudad Ixtepec está siendo remodelada como parte de la modernización de las vías del tren transístmico que sale de Salina Cruz, Oaxaca y llega a Medias Aguas, Veracruz, como parte del plan para el desarrollo del Istmo, apenas se puede observar por los agujeros, la demolición de la Plazuela de la Hermandad.
De aquel funcional espacio como de 200 metros cuadrados, con regaderas, servicios sanitarios, bebederos o lavabos y bancas de cemento para sentarse, que funcionó como un pequeño oasis para quienes esperaban el paso del tren y no optaban por el refugio del albergue Hermanos en el Camino, solo quedan escombros al lado de lo que era el patio de maniobras.
En el corte del listón inaugural de la Plazoleta de la Hermandad, en el que estuvo presente el fundador del albergue para migrantes, Hermanos en el Camino, el sacerdote Alejandro Solalinde Guerra, el entonces presidente municipal de Ciudad Ixtepec, Rogelio Cheng López, dijo que ese espacio facilitaría “un descanso” para los migrantes que viajaban en el lomo de La Bestia.
Ni los nuevos representantes de la ACNUR en Chiapas y tampoco el anterior alcalde ixtepecano, Cheng López, recuerdan la inversión aplicada en la construcción de la Plazoleta de la Hermandad, para descanso de los migrantes que llegaban en tren procedente de Arriaga, Chiapas, para seguir su ruta al norte del país. Solo se sabe que ACNUR aportó 70% y el ayuntamiento 30%.
