"El Ídolo de Guamúchil" tuvo una vida llena de polémicas fuera de los sets de grabación.
Pedro Infante es considerado como la máximas figura de la Época de Oro del Cine Mexicano, sin embargo, en esta ocasión no hablaremos de su faceta como actor pues nos enfocaremos en su vida personal y te diremos cuál era la fuerte adicción que marcó la vida del “Ídolo de Guamúchil”.
En la mayoría de películas en las que apareció Pedro Infante era recurrente ver al actor bebiendo o fumando por lo que era muy común pensar que en la vida real consumía este tipo de sustancias, sin embargo, esto no era así ya que si el actor tenía una adicción era al ejercicio, pues fue, por lo menos en México, el primer actor que se preocupó por exhibir un atractivo físico ante las cámaras.
Hasta ahora, se desconoce con exactitud cómo es que surgió la pasión de Pedro Infante por el deporte, sin embargo, desde sus inicios como actor ya destacaba por su extraordinario físico y debido a los papales que le tocaba realizar en muchas ocasiones tuvo que prepararse físicamente para poder hacer sus escenas a caballo, en motocicleta, nadando y hasta boxeando, tal como lo hizo en “Pepe ‘El Toro’”.
De acuerdo con diversos testimonios, cuando Pedro Infante se encontraba en la Ciudad de México su día iniciaba alrededor de las 5:00 horas y se dirigía al Bosque de Chapultepec para correr y posteriormente remar en el Lago de Chapultepec.
Una vez que culminaba sus ejercicios matutinos, regresaba a su casa y se ponía a hacer pesas en su gimnasio privado, el cual, contaba con todo lo necesario para ejercitar distintas zonas de su cuerpo, además, se dice que tenía todo un séquito que lo acompañaba durante sus rutinas.
Cabe mencionar que, en un inicio, Pedro Infante hacía ejercicio de forma desmedida solo con fines estéticos y recreativos, sin embargo, en la recta final de su vida el ejercitarse también le ayudó a mantener su sangre en buenos niveles de glucosa, ya que fue diagnosticado con diabetes.
Como se mencionó antes, Pedro Infante aparecía bebiendo y fumando durante sus películas, sin embargo, no se atrevía a tomar ni una sola gota de alcohol pues estaba comprometido al cien por ciento con la vida sana, incluso, Raúl Velasco llegó a comentar que el hecho de que el público creyera que era un borracho empedernido le causaba mucha gracia al “Inmortal”, con quien llegó a entablar una estrecha amistad en el breve tiempo que convivieron.
Algunas otras pasiones de Pedro Infante eran manejar motocicletas y pilotear aviones, actividades que requieren una buena condición física, por lo que todas las actividades que realizaba implicaban estar en extraordinaria forma física, además, esto tenía un beneficio extra pues se convirtió en todo un sex symbol y por ello llegó a ser considerado como el hombre más cotizado de toda la industria del espectáculo en México.
