En México 3.3 millones de niñas, niños y adolescentes que se encuentran en situaciones de vulnerabilidad son orillados a laborar. En nuestra ciudad ya es una situación común.
En puntos céntricos de la localidad es muy común toparse con niños trabajando, es decir, ofreciendo dulces, juguetes y de más productos, sin embargo, esto pude ser una acción que afecta en la formación educativa de los menores, pues descuidan sus estudios o incluso no van a la escuela por cumplir con una responsabilidad que no les corresponde.
9 de cada 10 mexicanos labora en servicios, industria manufacturera, construcción, agricultura, comercio y trabajo doméstico. Hay más de 3.3 millones de niñas, niños y adolescentes que se encuentran en estado de trabajo forzoso, según la Organización Internacional del Trabajo. En Monclova se han podido apreciar a menores que van desde los 5 a los 16 años de edad realizando labores para poder recibir un pago.
Localidad. Diversos ciudadanos afirmaron haber presenciado situaciones en las que un menor se acerca a ellos pidiendo dinero o incluso ofreciendo algún producto o favor a cambio de recibir un pago, sin embargo, al cuestionar a estos menores, ellos indican que les gusta trabajar con tal de no asistir a la escuela y que sus padres les permiten esta situación, dejando de lado el daño que se provoca en la educación de los niños, quienes no están conscientes de las consecuencias que esto tiene.
Obligación. El trabajo forzoso en la legislación es nombrado como trabajo forzado y es el uso de la fuerza, o la amenaza de usarla, para que alguien realice una labor, según el artículo 22.
La ley distingue ese delito de la explotación laboral, la cual ocurre cuando una persona obtiene directa o indirectamente, un beneficio económico o de otro tipo mediante el trabajo ajeno, sometiendo a la persona a prácticas que atenten contra su dignidad, según el artículo 21.
Ciudadanía. Monclovenses comentaron a El Tiempo Monclova, que incluso dentro de las colonias se presencian este tipo de explotaciones laborales y aclaran estar en desacuerdo, pues la responsabilidad de los padres es enviarlos a la escuela y hacerse cargo ellos mismos de los gastos de hogar, sin necesidad de truncar la formación y aprendizaje de sus hijos, poniendo en riesgo su futuro y exponiéndolos a riesgos al trabajar en las calles. Los menores por comodidad de no asistir a la escuela, señalaron que prefieren salir a trabajar a las calles, ya que sus padres les permiten que falten a clases a de más que es de su agrado poder aportar para los gastos del hogar.
Necesidad. Ciudadanos declaran que al ser niños no cuentan con la conciencia necesaria para poder percibir el daño que esto les puede contraer. Deciden tomar labores como lavacoches en los bulevares y lugares céntricos, ofrecen dulces, en las colonias tocan las puertas de sus vecinos para ofrecer favores como tirar la basura, realizar alguna compra o hacer limpieza en los patios, por lo que gran parte de su tiempo lo utilizan para hacer este tipo de trabajos.
Es así como esta situación va en incremento dentro de la localidad, llegando a situaciones alarmantes, de las cuales unos ciudadanos son conscientes, pero otros solo deciden pasar por alto estas actividades, es decir, normalizan el ver que un menor se encuentre trabajando para poder obtener dinero y aportar en los gastos que sus padres tienen, pues la mayoría de las familias que se encuentran en este tipo de situaciones son de bajos recursos y se ven orillados a dejar trabajar a sus hijos, pero esta no en una excusa para no brindarles la educación académica necesaria.
