Vecinos del barrio La Piedra fueron de los más afectados y también los más olvidados por autoridades, a las 3:00 pm de ayer, no había llegado nadie en su auxilio.
Abel Salazar habitante del barrio La Piedra es uno de los miles de damnificados que dejó la avenida de agua en Múzquiz, y contó para periódico El Tiempo como la madrugada del 1 de septiembre quedará grabada para siempre en su memoria, porque pensó que moriría ahogado junto a su familia.
12:00. Y es que, desde las doce de la media noche, empezó a llover, la precipitación se alargó hasta las 7 de la mañana, pero justo a las 3 de la mañana, “se vino una ola, no lo puedo describir de otra manera, una ola que arrasó con todo, paredes de concreto y carros, camionetas, todo lo que estaba a su paso”.
Señaló que fue esa creciente, la que los hizo tomar conciencia de la situación que se presentaba por lo que empezaron a salir de sus casas, para refugiarse en una casa de dos pisos que está a media cuadra de la suya, como pudieron llegaron, pero justo cuando estaban a salvo, se vino otra ola que terminó con todo a su paso.
“Tenemos décadas viviendo aquí y esto que nos pasó, solo lo habíamos visto en la tele, como nos íbamos a poner a pensar que podríamos morir ahogados, en una región donde la sequía impera”, señaló don Abel.
Desesperación. Su madre, de edad avanzada, era la que más le preocupaba porque no puede caminar, así que se hicieron las maniobras necesarias para sacarla por una ventana y ponerla a salvo.
“También salvé a una señora, que venía de la maquiladora, la vi desde donde estaba que la corriente se la llevó y entonces, sin pensarlo fui a ayudarla, se alcanzó a agarrar de una bardita que está en mi casa, y luego ya se quedó con nosotros hasta que la corriente perdió un poco de fuerza”. A través de este medio de comunicación, don Abel pidió el apoyo de todos los coahuilenses, para que les ayuden con comida, con colchones, con ropa, “solo nos quedamos con lo que tenemos puesto, los roperos se los llevó el agua, igual mi auto, mi lavadora, vamos a empezar de cero”.
Así es la historia de cientos de familias de Múzquiz, empezar de cero, porque lo perdieron todo, “no sabemos cómo le vamos a hacer para ir a trabajar sin ropa, lo más elemental, no sabemos que vamos a comer o donde vamos a dormir, ojala que la gente de Coahuila se toque el corazón y se sumen a ayudarnos, hoy por nosotros mañana por ustedes”.
