Practicar la amabilidad con los demás, en uno mismo, es relacionado con una mejor gestión del estrés y de la salud del corazón. Incluso se pude vincular con una vida más larga.
Mostrar amabilidad a alguien puede hacernos sentir bien por dentro. Pero tal vez no sepamos que hay investigaciones científicas que sugieren que esos sentimientos cálidos también son buenos para nuestra salud y bienestar a largo plazo.
“Los pequeños actos de bondad son un componente esencial de la salud que a menudo se pasa por alto”, afirman
La bondad es cuando hacemos algo para beneficiar a otra persona y, como explican, se suele considerar que se está motivado por el verdadero deseo de ayudar a alguien, no por el miedo al castigo o el intento de obtener una recompensa explícita a cambio de su comportamiento. La amabilidad también puede practicarse hacia nosotros mismos, lo que constituye la auto amabilidad.
Tanto la amabilidad hacia los demás como la que se practica hacia uno mismo benefician la salud y el bienestar. Aquí te explicamos cómo:
- Antídoto contra el estrés:
Los estallidos breves de estrés no son malos, nuestro cuerpo está preparado para ellos (como cuando trabajamos con un plazo de entrega ajustado o corremos para tomar un autobús al que llegamos tarde). aunque, cuando es crónico puede aumentar el riesgo de varios problemas de salud, como la ansiedad y la depresión, las enfermedades cardíacas, los problemas de sueño y la disfunción cognitiva, entre otros efectos.
En definitiva, la amabilidad puede utilizarse como herramienta para gestionar el estrés junto con otras prácticas habituales, como la meditación, el ejercicio y la terapia.
- Ayuda con la ansiedad y la depresión:
Ser bueno con los demás puede ayudar mucho a nuestra propia salud mental, al igual que dirigir esa amabilidad con nosotros mismos.
En un estudio, se dictamino que la meditación promueve la positividad y la amabilidad hacia uno mismo y hacia los demás (en lugar de la ira o el auto desprecio) resultó ser eficaz para ayudar a tratar la depresión y la ansiedad social por sí sola o cuando se incluye en la terapia cognitivo-conductual con un tratamiento estándar.
- Mejora la salud del corazón:
Los que tienen bienestar psicológico tienen una menor probabilidad de desarrollar enfermedades cardiovasculares, según sugiere una investigación. Y la práctica de la amabilidad (junto con otras cosas como la identificación de las fortalezas personales y el recuerdo de experiencias vitales positivas) es una medida de este tipo de bienestar.
“La amabilidad crea una conexión social positiva, que se sabe que reduce la presión arterial, el cortisol y el estrés”, solo que un acto de bondad no es suficiente. “Los seres humanos se sienten mejor con dosis diarias de apoyo social, es decir, de amabilidad. Ojalá pudiera recetar a todos mis pacientes el dar y recibir amabilidad a diario”.
- Puede colaborar en controlar la diabetes:
Cuando el nivel de azúcar en sangre no está bien controlado y nos enfrentamos a una de las muchas complicaciones que pueden surgir de la enfermedad, puede que nuestro estado de ánimo se resienta. Sin embargo, ocurre algo cuando se utiliza la autocompasión, que significa tratarse a uno mismo con amabilidad y comprensión cuando se enfrenta a emociones difíciles.
Según una investigación, las personas con diabetes de tipo 1 o 2 que practicaron la autocompasión durante ocho semanas redujeron las puntuaciones de depresión y angustia asociadas a sus enfermedades, Según los investigadores, la autocompasión puede reducir las hormonas del estrés que pueden elevar el nivel de azúcar en sangre y calmar el sistema nervioso, lo que puede afectar al nivel de azúcar en sangre.
- Puede ayudar a las personas con cáncer a sentirse apoyadas:
La amabilidad ayuda a quien la da y a quien la recibe. Según un estudio, las personas que padecían cáncer de mama en fase inicial y realizaban actos de bondad al azar con otras personas se sentían más apoyadas socialmente, ya que puede ayudar a fortalecer las conexiones con los demás, hacer que la gente se sienta más conectada y aumentar el círculo social.
“Las personas se sienten y funcionan mejor, incluso con las enfermedades graves como el cáncer, cuando tienen amabilidad y apoyo social positivo en sus vidas”, “Cuantos más amortiguadores del estrés negativo creamos con la amabilidad, más sanos nos sentimos incluso con las enfermedades duras o los retos que surgen”.
- Fomenta la felicidad:
Ser amable y reconocer cuando se actúa con amabilidad puede aumentar la felicidad. se ha descubierto que cuando las personas llevaban la cuenta de su propio comportamiento amable hacia otras personas y contaban el número de actos amables que hacían durante una semana, decían sentirse más felices en comparación con un grupo de control que no llevaba la cuenta de su amabilidad.
Llevar la cuenta puede ayudar de otra manera: una investigación más reciente descubrió que las personas que realizaban actividades de amabilidad durante siete días ya sea hacia amigos y familiares, hacia extraños o hacia sí mismos manifestaban un aumento de la felicidad. Y cuanto más amables eran, más felices eran.
- Longevidad:
Hay diferentes áreas de investigación que sugieren que la amabilidad puede ayudar a vivir más tiempo. En primer lugar, puede ayudar a fomentar un sentido de propósito.
La bondad también puede influir en un importante marcador de la salud del organismo, los telómeros. Éstos últimos forman parte de nuestro ADN y desempeñan un papel en el crecimiento celular, y su longitud es un importante marcador biológico que es un aspecto que indica cómo está envejeciendo nuestro cuerpo.
