Ésta modalidad ilícita o convertida en robo hormiga se ha constituido en la pesadilla del comercio formal que no halla eco de las autoridades para combatirla eficazmente.
“Mientras que la ley no cambie ellos van a seguir robando, ellos conocen mejor las leyes que nosotros y saben que es un delito menor”, dijo el Presidente de la Cámara Nacional del Comercio en Monclova, Arturo Valdéz sobre el problema del farderismo y la tibieza de las leyes coahuilenses hacia esta ilícita práctica que se aumenta con el uso de cubrebocas.
Detalló que, al robar material escolar, o mercancía de abarrotes u otras cosas, ellos reparando el daño ante el Ministerio Público salen libres. “Ya nos cansamos de gritarlo y pedir más dureza en este aspecto por parte de las autoridades, los farderos se burlan porque no les hacen nada”, dijo. El comerciante externó que los diputados deben hacer algo en contra de las farderas, que el delito sea grave, porque siendo menor salen inmediatamente solventado el monto de lo robado y no debe ser así, la penalidad tendría que ser más severa.
“Apoyo totalmente a la Canaco de Saltillo y me da gusto que lo digan pero de nada sirve porque los farderos conocen la ley y salen”, detalló Arturo Valdéz quien afirmó que lo ideal sería que todas las cámaras se unieran y levantaran la voz “Es un descaro total, las de Monclova van a Saltillo y viceversa”, dijo.
Al cuestionarlo sobre si los negocios han tomado medidas el dirigente de la Canaco local aseguró que lo único es cuidarse de ellas y buscar boletinarlas, “Las autoridades no lo pueden hacer, pero nosotros sí”.
Sin embargo, ahora con el uso de cubrebocas para evitar el contagio de Covid-19, estos delincuentes pasan desapercibidos al tener cubierta su cara parcialmente y tienen que estar, los comerciantes, más atentos para detectarlas.
“Se complica más con la mascarilla, no sabes si son ellas o no, siempre van de dos o tres gentes para cuidarse las espaldas entre ellos”, mencionó y consideró que tal parece que las leyes hasta los protege más que a nosotros.
Y es que en la región laguna los comerciantes pedirán, durante el buen fin, que los clientes no usen la mascarilla al ingresar a las tiendas y así facilitar la detención de asaltantes o farderos que se puedan inmiscuir.
Ante esta situación el líder de Canaco Monclova expresó que se tendría que analizar ese punto debido a que involucra a autoridades, protección civil y más que nada al sector salud pues ellos no pueden exigir a menos que haya un mandato de algunas autoridades el que se les obligue a quitarlo.
Expresó que no puede decir si esta medida es necesaria o no pues sería objeto de un análisis muy meticuloso por parte de las diferentes cámaras y autoridades.
Además dijo que de por sí, las cámaras de seguridad no tienen una calidad de imagen muy buena, esto se complica para la identificación de algún delincuente que porte el cubrebocas.
Penalidad. Por su parte el abogado Víctor Lara, explicó que siempre lo tipifican como robo simple sin embargo al ser a negocio la situación cambia a robo agravado y reconoció que las leyes son muy benignas para los delincuentes que se dedican a esta modalidad de robo hormiga.
“En muchas ocasiones los mismos guardias de los negocios están coludidos con las farderas y hay penalidad en la actualización y son de tres a seis años de prisión dependiendo el negocio y la franja de seguridad del mismo”, indicó.
Dijo que al no hacerse la cadena de detención donde implicarían más involucrados y solo agarran las autoridades siempre a uno o dos, no se puede decir o considerar como delincuencia organizada “Hay veces que en la misma negociación están coludidos más arriba y por eso no quieren en muchos casos poner la denuncia en contra del capturado”, dijo el jurisconsulto. Sin embargo, al momento que llegan al Ministerio Público y al ser robo simple es un delito que cuenta con procedimiento de reparación del daño sin embargo al agravarse ya se habla de otras cuestiones. Pero sin lugar a dudas quienes se dedican a estos robos en negocio saben de la tibieza legal que existe y venden sus productos principalmente en las pulgas de la región a precios muy baratos.
