"Las mujeres deben estar representadas en los programas de desarme, desmovilización y reintegración comunitaria", exigió, Elisabeth Buve.
Kinshasa,- El subsecretario general de las Naciones Unidas para las operaciones de paz, Jean- Pierre Lacroix, elogió hoy las mejoras en la seguridad de la República Democrática del Congo (RDC) conseguidas por las operaciones de la misión de los cascos azules en el país -conocida como MONUSCO- y el Ejército congoleño.
"Aquí, en (la provincia de) Kivu del Norte se está llevando a cabo un trabajo muy activo en este momento, sobre todo en el sector de la seguridad, con una buena coordinación con el Ejército", dijo este miércoles Lacroix en la ciudad nororiental de Goma.
"Creo que esta determinación común está dando sus frutos", añadió.
Lacroix defendió la presencia de la MONUSCO en la RDC, la misión de la ONU más cara de su historia, con más de 14.000 efectivos.
"Somos conscientes de que restablecer la paz lleva tiempo. Reafirmamos nuestro compromiso y nuestra determinación al mismo tiempo que sabemos que estos problemas no se pueden resolver en unas semanas o en unos meses", dijo el diplomático francés.
Lacroix empezó este martes un viaje oficial de tres días en la RDC y, después de visitar la provincia de Ituri y la ciudad de Goma, capital de Kivu del Norte, se dirigirá esta tarde a Kinshasa.
En Ituri, Lacroix repasó con el ministro de Defensa congoleño, Gilbert Kabanda, y las autoridades locales los desafíos humanitarios y de seguridad que están ocurriendo en esa provincia.
El diplomático se reunió con organizaciones locales de mujeres, que pidieron a la ONU más programas para las supervivientes de violaciones y los ataques armados que se suceden en la zona.
"Las mujeres deben estar representadas en los programas de desarme, desmovilización y reintegración comunitaria", exigió la presidenta del Grupo de Mujeres de Ituri, Elisabeth Buve.
Y, por último, Lacroix también visitó algunos asentamientos de desplazados internos, que durante los últimos meses también han sido el objetivo de los ataques de algunos grupos armados.
En la actualidad, al menos 5,6 millones de personas han tenido que abandonar sus hogares en la RDC debido a la violencia y unos 2,94 millones de congoleños han huido a otros países de la región como refugiados, según los datos recogidos por la ONU.
Desde 1998 el este de la RDC está sumido en un conflicto alimentado por las milicias rebeldes y los ataques de los soldados del Ejército, pese a la presencia de la MONUSCO.
A partir de 2020, las provincias de Kivu del Norte y su vecina Ituri observaron un aumento del número de ataques por parte de grupos armados, un hecho que empujó al Gobierno congoleño a declarar el estado de sitio a finales de abril de 2021.
La ausencia de alternativas y métodos de subsistencia estables han empujado a miles de congoleños a tomar las armas y, según el Barómetro para la Seguridad de Kivu (KST, en inglés), esta región es campo de batalla de más de cien grupos rebeldes.
