Instituciones señalan es difícil detectar violencia familiar

Instituciones señalan es difícil detectar violencia familiar
Mariela Pulgarin / El Tiempo Piedras Negras

La violencia no es solo física (golpes o sexual), por ello muchas personas viven en silencio los malos tratos por parte de su pareja o algún familiar y no acuden a levantar una denuncia.

Es difícil que se detecten casos de violencia familiar a través del área de urgencias debido a que las personas saben que el nosocomio sigue el protocolo de actuación en el que dar aviso a las autoridades de procuración de justicia, por lo a veces detienen el proceso o llegan y se retiran inmediatamente.

La psicóloga a cargo del Módulo de Atención a la Violencia del Hospital General Salvador Chavarría, Mireya Ramírez Ordoñez, indicó que a través del área de urgencias captan de dos a tres casos de violencia familiar por semana, “no son tan frecuentes porque las personas que llegan al hospital saben que por parte del nosocomio hay acciones, que se les hablará al Ministerio Público y Seguridad Pública, por lo que eso los detiene y se quieren retirar”.

Desinformación. “Aún hay desinformación por parte de las usuarias, que sean conscientes por qué es necesario que las instituciones den información y se realice el método protocolario correspondientes”, indicó la especialista, ya que es más eficaz que se puedan tomar acciones preventivas cuando se detecta el caso inmediatamente después de cometerse el acto por violencia física o sexual. La violencia no es solo física (golpes o sexual), por ello muchas personas viven en silencio los malos tratos por parte de su pareja o algún familiar. Esta información se difunde a través del módulo, se da a conocer a la población que llega y que tienen algún síntoma de violencia, que ésta puede ocurrir desde los con gritos, insultos, apodos, y acosos, incluido el acoso callejero que se ha estado incrementando. En el módulo, agregó, se encargan de canalizar a las féminas para que reciban la atención inicial que requieren las víctimas de violencia física o sexual, así como el acompañamiento en la atención médica. Y es que, recordó que se deben tratar de inmediato las lesiones para prevenir contagios y otras situaciones físicas, por lo que se debe priorizar la salud de la víctima y acompañarla en el tratamiento. Posteriormente debe tratarse su situación psicológica, con información terapéutica en coordinación con el departamento de Víctimas de la fiscalía general, o en el módulo de Prevención.

Canalizadas. Aunque no se puedan captar las personas que sufrieron agresiones de inmediato, sí suelen llegar mujeres derivadas de otros centros de atención o de salud, ya sea para atención psicológica o médica. “Lo que más refieren son mujeres por violencia familiar, y niños, niñas y adolescentes que sufrieron algún tipo de abuso sexual, pero el evento ya pasó”. La encargada dijo que, en los casos de eventos de violencia física y sexual pasados, solo este hospital continúa con los protocolos médicos y dan seguimiento de laboratorio “es por eso que tenemos esta colaboración con Pronnif, Caif, Unemes Capa, Instituto Coahuilense de la Mujeres y otros Instituciones, que, si surgen casos, aun sean pasados, nos los refieren para esta intervención, y es donde nos damos cuenta que estos sí son más”. La especialista reconoció que, puede haber violencia hacia mujeres y niños en la calle, pero son más notorias y se denuncia, sin embargo, en el seno familiar, es muy difícil detectarlas.
Omisión de cuidado. En los casos de abusos a menores, ya sea físicos o sexuales, Ramírez Ordoñez indicó que por lo general sufren de omisión de cuidados. “Aunque se cree que los padres trabajan todo el día y por ello no son bien atendidos, esto no es verdad”, aseveró “hay casos de omisiones muy graves y uno de los padres no trabaja o están al cuidado de un adulto, pero no les ponen atención”. El abuso sexual en los niños o adolescentes se da a través de personas conocidas, principalmente familiares, incluyendo el padrastro, pero donde también se advierte omisión de cuidados previo. “La omisión es una forma de violencia y es un patrón.

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