Un doblete de un enorme de Kylian Mbppé clasificó a Francia para los octavos de final del Mundial de Qatar 2022. La vigente campeona, que sufrió para derrotar 2-1 a una valiente Dinamarca, es la primera selección que se asegura el pase matemático. En el intercambio de golpes en un partido abierto reinó la calidad y la potencia del delantero del PSG, que con tres goles alcanza al ecuatoriano Enner Valencia en la cabeza del Pichichi.
Francia juega al despiste. No es una selección que salga a dominar el partido de forma decidida mediante la posesión del balón. Tampoco se puede decir que encierre a sus rivales en su área con ataques constante. Sin embargo, Didier Deschamps repitió ante Dinamarca su apuesta ofensiva del 4-1 a Australia en el estreno mundialista, con cuatro delanteros de talla mundial en el once: Dembélé y Mbappé de extremos habilidosos y vertiginosos, Giroud de ariete rematador y Griezmann dando equilibrio con su calidad técnica y su solidaridad defensiva al sacrificarse como supuesto centrocampista. Por lo tanto, parece dormida, pero cuando encuentra espacios y puede acelerar en los últimos 30 metros es un espectáculo. No sólo por la presencia de los cuatro citados, también por las incorporaciones por la izquierda de un avión llamado Theo Hernández, sustituto de su hermano, el gravemente lesionado Lucas, y por el poderío físico de Adrian Rabiot, en el mejor momento de su carrera, vital en defensa y peligroso con sus llegadas.
El primero que cayó en la trampa fue el barcelonista Andreas Christensen, que en una jugada tranquila en la que parecía tener controlado un pase profundo de Griezmann se encontró a Mbappé al galope, directo a la portería de Schmeichel. Le agarró y se jugó una roja que quedó en amarilla por los pelos. Y de esa falta lejana llegó la primera clara ocasión en el 21', un enorme cabezazo en carrera de Rabiot tras servicio medido de Dembélé que despejó Schmeichel.
Se tomó un respiro Francia hasta que Mbappé volvió a mostrar toda su potencia desbordando a Andersen y centrando al segundo palo, donde apareció Koundé para soltar un disparo cruzado que sacó Hjojberg. Y otro cambio de ritmo de Griezmann acabó en disparo cruzado que desvió con el pie Schmeichel.
Pero Dinamarca no tiene miedo a Francia. Por algo le ganó dos veces en la reciente Nations League por 1-2 y 2-0. Lo demostró Kasper Hjulmand con un once ofensivo, con los talentosos y rápidos Lindstrom y Damsgaard junto al tanque Cornelius, quien en el 36' tuvo el 0-1 en sus botas en una contra que finalizó con un disparo desviado por poco. Fue un aviso al que replicó un activo Dembélé con otro gran pase que Mabppé, desmarcado, envió a las nubes antes del descanso.
Dinamarca siguió siendo valiente tras el descanso, esperando, pero sumando efectivos al ataque cuando recuperaba el balón. La entrada de Braithwaite por el amonestado Cornelius le dio velocidad. Y, aunque sin crear peligro, pisó área en el inicio de la segunda parte. Error. Es lo que quería Francia, la reina del despiste. Dinamarca no lo sabía, pero estaba firmando su derrota. Mbappé vio huecos y los atacó. Primero, con un jugadón en velocidad, regateando hasta a Giroud, y lanzando un misil que desvió Schmeichel. Luego apareció Griezmann con un gran control y un remate defectuoso ya solo en el área. Y a la tercera fue la vencida: aceleración de Mbappé, pared con Theo Hernández y remate del delantero del PSG al primer toque que entró tras rozar el balón en el azulgrana Christensen.
Pero esta Dinamarca tiene un espíritu competitivo admirable. Se agarró a él para empatar en el 68' en uno de sus fuertes: las acciones a balón parado. Templó Eriksen un córner, lo peinó Andersen y el azulgrana Christensen estuvo más vivo que Rabiot en el segundo palo para lograr el 1-1 de cabeza.
Los últimos 20 minutos fueron una batalla de área a área. Lloris evitó el 1-2 de Lindstrom con Francia todavía 'tocada' por el 1-1. Pero el duelo le duró poco a los 'bleus'. Koundé buscó el 2-1 con un cabezazo en plancha y Rabiot cazó una chilena espectacular que no entró por poco. Y a la contra, servicio de Dolberg y remate en el primer palo de Braithwaite que no entró de milagro.
Al intercambio de golpes, Francia tenía todas la de ganar. Y así fue: centro envenenado y cerrado de Griezmann y remate con el muslo de Mbappé junto al poste, rompiendo el fuera de juego por poco. Era el minuto 86 y esta vez Dinamarca ya no reaccionó.
