Hoy, a partir de las 18.30 horas el FC Barcelona, se enfrentará al semáforo rojo de la clasificación. Un partido a priori sencillo en el que los azulgranas deberían imponer la lógica de la gran superioridad que tienen sobre el Cádiz tanto en plantilla como en lo que refleja la clasificación liguera tras cuatro jornadas disputadas.
Los azulgranas tienen 10 puntos por ninguno de los andaluces. Además, los culés han marcado 11 goles mientras que los gaditanos todavía no se han estrenado.
Un triunfo que serviría a los barcelonistas para ponerse líderes de la Liga, al menos provisionalmente, porque el Real Madrid no juega hoy sino mañana. El partido será ante el Mallorca, un rival asequible, y en el Santiago Bernabéu (14.00 horas), pero en caso de triunfo culé esta tarde, los blancos ya deberán encararlo con la presión de verse por debajo en la tabla clasificatoria.
En Cádiz, parece sencillo pero que puede ser una trampa. Sin ir más lejos, el Barça no ha ganado en ninguno de los cuatro últimos partidos que ha jugado contra el Cádiz. Además, es el encuentro previo al del próximo martes ante el Bayern de Múnich.
Aunque Xavi se ha esforzado por poner el acento en que el choque del Allianz Arena aún no existe en su cabeza y que, por tanto, no debe hacer perder la concentración a sus futbolistas, es innegable que, aunque sea de forma indirecta, también piensa en Múnich.
Un síntoma son las rotaciones que aplicará. Ciertamente hay jugadores a los que le toca descansar, pero si el próximo rival no fuese el Bayern quizás seguirían al menos un partido más en el once.
En Múnich hay que tener a los mejores y frescos. Por eso, el técnico dejó entrever que hoy Pedri, el jugador con más clase de la media barcelonista, puede empezar en el banquillo, como también parece que le toca rotación a un Dembélé que está que se sale pero que debe descansar en breve después de que ante el Viktoria lo hiciese Raphinha.
