Esta ilusión óptica te adentra en un agujero negro
AGENCIAS / EL TIEMPOLa imagen que vemos es completamente estática y, sin embargo, cuanto más la vemos, más nos parece que lo que percibimos es un agujero negro en expansión. Sea como fuere, todo es producto de nuestra imaginación y de la ilusión óptica que engaña a nuestro cerebro.
Y como todas las ilusiones ópticas creadas por la ciencia, tiene una explicación. Según los investigadores, la imagen que parece moverse hacia delante es probablemente la forma en que nuestra mente nos prepara para un cambio de escenario. Tal y como cuentan en el estudio:
Esta imagen les da a las personas una creciente sensación de oscuridad, como si entraran en un espacio vacío de luz. Al predecir un cambio de brillo a oscuridad, nuestro sistema visual puede ajustarse mucho más rápido a condiciones potencialmente peligrosas. Así como el resplandor puede deslumbrar, sumergirse en la oscuridad es probablemente arriesgado cuando se navega en un entorno oscuro.
Aunque, como en cualquier ilusión, esta oscuridad virtual en expansión se experimenta a costa de la veracidad, dado que el observador no avanza ni entra en ningún espacio oscuro, es probable que dicho coste sea menos severo que si no hubiera correcciones cuando un observador realmente avanzó hacia un espacio oscuro.
La ilusión óptica le sirvió a los investigadores para explorar cómo el color del agujero y los puntos que lo rodean afectan nuestras respuestas mentales y fisiológicas. ¿Cómo? A un grupo de 50 participantes con visión normal se les presentaron imágenes de ‘agujeros en expansión’ de varios colores en una pantalla. En la serie, también se les mostraron versiones codificadas de la ilusión sin un patrón perceptible en luz o color.
Al parecer, cuando la ilusión era un agujero negro era más efectiva que cuando tenía otro tono, de hecho, el 86% de los participantes sintió que la oscuridad se dirigía hacia ellos. Además, el seguimiento de los movimientos oculares de los participantes reveló que sus pupilas se dilataban inconscientemente al ver el agujero negro. Por el contrario, si el agujero era blanco, sus pupilas se contraían solo un poco. Según el psicólogo Bruno Laeng de la Universidad de Oslo en Noruega:
Aquí mostramos, basándonos en la nueva ilusión del ‘agujero en expansión’, que la pupila reacciona a cómo percibimos la luz, incluso si esta ‘luz’ es imaginaria como en la ilusión, y no solo a la cantidad de energía luminosa que realmente entra en el ojo. La ilusión del agujero en expansión provoca una dilatación correspondiente de la pupila, como sucedería si la oscuridad realmente aumentara.
Por cierto, los investigadores descubrieron que las personas que sintieron la ilusión más fuerte también fueron aquellas cuyos diámetros de pupilas cambiaron más:
Nuestros resultados muestran que el reflejo de dilatación o contracción de las pupilas no es un mecanismo de circuito cerrado, como una fotocélula que abre una puerta, impermeable a cualquier otra información que no sea la cantidad real de luz que estimula el fotorreceptor. Más bien, el ojo se ajusta a la luz percibida e incluso imaginada, no simplemente a la energía física.
¿Por qué? Los investigadores sugieren que cuando la región central es negra, probablemente nuestras pupilas nos estén preparando para un cambio de luminancia en un futuro cercano. En este caso, nuestra visual predice cómo cambiará esa información en el futuro, generando “una ‘expansión hacia afuera’ ilusoria de la región central del ‘agujero’”.
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