Esta semana, pese a las desestimaciones hechas por el mismo presidente Andrés Manuel López Obrador en su mañanera y ayer domingo, el Gobierno mexicano sufrió una de sus vulneraciones más lamentables en la historia reciente.
El grupo de hackers autodenominado "Guacamaya", accedió a información de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) y logró un hackeo masivo que sacó a la luz algunos de los más polémicos temas de seguridad que ha enfrentado la administración de la 4T.
La información recopilada la hicieron llegar al periodista y columnista Carlos Loret de Mola, quien en su espacio informativo de Latinus dio a conocer los datos recabados, particularmente los registros de la salud del presidente López Obrador, y lo que sería un ocultamiento de un traslado en calidad de "grave" del mandatario federal.
Durante su conferencia matutina del viernes pasado, el presidente Andrés Manuel López Obrador confirmó el hackeo a la Sedena, del que se logró obtener información confidencial, entre ella, sobre su salud.
Sin embargo, pese a esta filtración de información efectivamente confidencial, el Ejecutivo federal dedicó escasos minutos al tema y versó más en corroborar que los padecimientos que ahí se mencionan, como gota e hipotiroidismo, son veraces.
Además, López Obrador descartó ayer domingo que vaya a haber alguna investigación y sanción por el hackeo.
Aunque la postura del presidente sobre lo que supone que una Secretaría como la de la Defensa Nacional quede expuesta es tema para más de una columna, así como lo es el hecho de que AMLO padezca varias enfermedades, un punto que debe ser de interés y nueva discusión es el trasfondo de por qué atacar a la Sedena.
No siempre congenio con Loret de Mola y no podría declararme fiel a su historial periodístico, pero esta ocasión, no se equivoca al señalar que la información filtrada es una clara radiografía de la influencia que tiene el Ejército en el Gobierno de AMLO. Asimismo, demuestra por qué es la Secretaría de Estado con más poder dentro de la 4T.
Y es que poseer lo mismo información sobre operativos, líderes criminales o seguimiento a personajes políticos de alto nivel, además de contratos de obras emblemáticas como el Tren Maya, son la más clara prueba de que el Ejército es el mayor respaldo del presidente.
Una situación que sorprendió mucho, sobre todo que salieran a la luz por parte del periodista que ha tenido no solo uno, sino varios altercados con el presidente de México, ya en la Mañanera, se pudo corroborar que se trataba de algo cierto, y justo ayer, aseguró a unos medios de comunicación que lo abordaron, de manera breve, que no habría sanciones ni investigación en el tema del hackeo.
Pero que ocurra un hackeo de esta naturaleza en momentos en que se discuta su función en labores de seguridad pública, podría ser más preocupante que la propia filtración.
Sea que comulguemos con los dichos y postura de AMLO, o no, el debate sobre el poder militar dentro de la 4T ya es inaplazable. ¿O usted qué opina?
