Las autoridades siguen llamando a la población a no bajar la guardia en materia de salud.
En Coahuila, desde el inicio de la pandemia hasta la fecha, han fallecido 29 menores de edad a causa del COVID-19, tratándose de 16 hombres y 13 mujeres. El más reciente de ellos, es el fallecimiento de una menor de 7 meses de edad en el Hospital Infantil de Saltillo, luego de permanecer internada por once días tras recibir un diagnóstico positivo.
Menores. De manera oficial, la Secretaría Ejecutiva del Sistema Nacional de Protección de Niños, Niñas y Adolescentes (Sipinna) en Coahuila, reporta la muerte de 28 menores con corte al 23 de enero, de los cuales al menos 11 son menores de 10 años de edad, por lo que hace un llamado a reforzar las medidas preventivas de contagios para cuidar a los niños.
De los menores fallecidos, cuatro de ellos eran neonatos, incluyendo a la menor de 7 meses fallecida el viernes en Saltillo.
Mientras que del total de contagiados: mil 249 son menores de 0 a 5 años; mil 520 menores de seis a 11 años de edad y 3 mil 414 de 12 a 17 años de edad.
Desde el inicio de la pandemia, en la entidad se registran 6 mil 186 contagios de niños, niñas y adolescentes, según la Secretaría Ejecutiva de la Sipinna.
En Coahuila del 16 de enero a la fecha se han contagiado 767 menores de edad durante la cuarta ola por Ómicron, duplicando el número de contagios en comparación con el reporte del 19 de diciembre al 16 de enero de la Sipinna, en donde el número de contagios era de 360 menores. Actualmente, la mortalidad de menores de edad en Coahuila es de 0.5 por ciento, por lo que la dependencia exhortó a que se deben evitar más fallecimientos de menores, exhortando a los padres de familia a extremar precauciones y cuidados independientemente del semáforo epidemiológico. La especialista dijo que esta variante puede llegar a provocar síntomas físicos, neurológicos y cognitivos, mismos que pueden llegar a durar meses y afectar el estilo de vida de las personas.
Secuelas. “Esto es lo que hemos observado hasta ahora y muchas de las personas infectadas con Ómicron ya habían desarrollado las primeras variantes del COVID y por ello sabemos que el efecto prolongado de la infección puede permanecer incluso si las personas ya se recuperaron de los síntomas provocados por Ómicron”, explicó Rodríguez. (Con información de Paloma Gatica y Andrea Palacios)
Aunque la mayoría de las personas con COVID-19 mejora al cabo de unas semanas de haber estado enfermas, algunas personas experimentan afecciones persistentes al COVID-19. Las afecciones persistentes al COVID-19 son una amplia gama de problemas de salud nuevos, recurrentes o en curso que las personas pueden experimentar cuatro semanas o más después de haberse infectado por primera vez por el virus que causa el COVID-19. Incluso las personas que no tuvieron síntomas de COVID-19 en los días o semanas posteriores a haberse infectado pueden experimentar afecciones persistentes al COVID-19. Estas afecciones pueden presentarse como diferentes tipos y combinaciones de problemas de salud por diferentes periodos de tiempo.
