El sonidista que logró un milagro con Salma
Redacción / El Tiempo de Monclova.David Baksht recibirá hoy el Ariel de Oro por su trayectoria de más de cinco décadas de hacer escuchar al cine mexicano.
El día que Salma Hayek estaba por filmar en la céntrica Plaza de Santo Domingo de la Ciudad de México, el sonidista David Baksht se preguntó a quién se le había ocurrido rodar en un sitio en donde el ruido era infernal, con transeúntes, comerciantes y camiones pasando todo el tiempo.
La escena de El callejón de los milagros, con la actriz veracruzana, requería además estar sentada con Bruno Bichir en la fuente, lo que complicaba aún más que los diálogos entre ambos se oyeran claramente.
“Yo decía: no se va a escuchar nada. Y Salma no hablaba claramente y había que enseñarle cómo hacerlo para cine, para entonces ya existían los micrófonos inalámbricos y era de ponerlos lo más cerca de la boca y luego limpiar el sonido”, narra Baksht.
“Lo único que pedí es que apagaran la fuente para que al menos no se oyera el agua ¡y lo logramos! No fue necesario el doblaje (grabación posterior de voces), todo quedó con el sonido directo”, dice orgulloso.
Con más de cinco décadas de trayectoria, David recibirá hoy el Ariel de Oro a la trayectoria, que anualmente entrega la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas.
En la especialidad de sonido, el ya octogenario ha sido el encargado de grabar diálogos, sonidos de todos lados y crear otros, para que éstos acompañen a cada una de las películas en que ha trabajado.
Katy la oruga, cinta de animación de los 80; El ojo en la nuca, cortometraje protagonizado por Gael García Bernal, ganador del Oscar Estudiantil; The librarian, con Noah Wyle (ER); El topo, de Alejandro Jodorowsky, y Cobrador, rodada en tres países distintos, forman parte de su foja profesional.
David es padre de Jaime Baksht, quien fue ganador del Oscar 2021 por Sound of metal y Pablo, pieza fundamental en el Festival Internacional de Cine de Morelia.
4 nominaciones al ariel tiene su trayectoria, de acuerdo con el sitio especializado IMDB
“Ellos han logrado más que yo. Dicen que yo les metí el gusanito de esto y claro, andaban conmigo todo el tiempo. Jaime era más apegado a la mecánica: un día, cuando él tenía tres años, vio una grabadora que dejé puesta con el carrete y la quiso echar a andar, obvio la cinta quedó tirada y la escondió bajo la alfombra para que según él, yo no me diera cuenta”, relata divertido.
Baksht ha visto la transición de lo analógico a lo digital; de medir en pies los sonidos grabados en cinta, con casetes que podía guardar máximo media hora, para luego pasar por la aparición del sistema Dolby, que permitió quitar el ruido conocido como “gis” que hacía la película al rodar, hasta la entrada tecnológica de los megabytes y gigas, para ocupar una computadora.
“Como no había bibliotecas (digitales, de sonido), compraba algunos discos con ruidos que vendían en EU, pero yo grababa otros que me encontraba, era imaginar cómo podían por ejemplo sonar hormigas caminando, era estar en todos lados haciendo eso”, destaca.
“Para Katy la oruga sincronizamos la música contra imagen, que era como se hacía en aquella época. Ahí cada personaje tenía un instrumento que lo representaba, por ejemplo Katy era la flauta, si corría debía sonar ésta rápida y así, la cosa era sincronizar bien el sonido”, cuenta.
El sonidista recuerda cómo fue trabajar en El callejón de los milagros junto a Salma Hayek.
El especialista estudió electrónica en el Instituto Politécnico Nacional y después música, antes de poner un estudio de grabación en los albores de los años 70. Un día conoció a Nacho Méndez, compositor que fue contratado para hacer la música de La mansión de la locura y después con él se fue a trabajar en El topo.
Le impresionaron las grandes máquinas de sonido de los Estudios Churubusco y comenzó a enamorarse de ello.
Pero entonces su labor principal seguía en la grabación de discos de cantantes como Óscar Chávez (“Por ti” y “Macondo”) quien llegó a ser su amigo.
“Óscar era un superartista, pero dependía mucho del grupo que lo acompañara. Él trabajó mucho con Los Morales, que ya sabían su estilo, el corte y ritmo. Con otro él iba afinando cosas, corrigiendo, repitiendo si no le gustaba. Nos conocimos desde mediados de los 70, éramos como hermanos, muchas desveladas y borracheras”, dice divertido.
“De repente se piensa que te lo dan (El Ariel de Oro) porque quizá mañana no lo puedas recoger”
DAVID BAKSHT Ingeniero de sonido
El sonidista recuerda el cambio que significó para su trabajo el paso de la música al cine:
“Mientras para grabar música intentábamos hacer que nada se oyera de más, como el rechinido de una silla, aquí era todo lo contrario, era sacar lo bonito de ese rechinido. De pronto sale entre todos los amigos alguien que se apellidaba Cuarón (Alfonso, ROMA) y nos pusimos a trabajar en Nocaut de José Luis García Agraz y ahí estaba corriendo por las calles, grabando pasos y gritos, carreola y coches, ahí me cambió todo lo que sabía de grabación”, recalca.
¿Y sobre el Ariel de Oro que está a unas horas de recibir en el Colegio de San Ildefonso? David lo toma con humor.
“De repente se piensa que te lo dan porque quizá mañana no lo puedas recoger”, concluye entre risas.
PASO A PASO
Desde mediados de los 80, Baksht ha dedicado su vida al sonido 01 Su primer trabajo, de acuerdo con el sitio IMDB, fue la cinta animada Katy la oruga como mezclador de música. Como sonidista comenzó en filmes como Lola.
02 Junto al director Arturo Ripstein trabajó en la película Principio y fin (1993) que le dio su primera nominación al Ariel.
03 La pasión por su profesión se la heredó a su hijo, el ganador del Oscar Jaime Baksht, con quien trabajó en Cobrador: in God we trust.
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