Amada por muchos, desafiada por otros y conquistada por pocos, la Sierra de la Gloria es de respeto.
Allá, a donde sólo las águilas llegan, existe un bello lugar, una maravilla de la naturaleza en lo más recóndito del Cerro de la Gloria.
Le llaman "El puente de Dios", una estructura natural que al paso de los eones fue moldeada por el aire y el agua. un verdadero paisaje único en los laberínticos recovecos de este gigante orográfico de la Región Centro del estado.
Llegar ahí es una odisea: aproximadamente 30 kilómetros de Monclova, Coahuila, México sierra arriba. Un camino lleno de peligrosas sierpes, tanto cascabel como coralillo, simpáticos ardillones, apestosos zorrillitos y encajosos coatís.
Sientan sus reales el oso negro y el puma, especies dominantes en aquellos paradisiacos parajes de un bosque de montaña que si te descuidas un poco eres la comida perfecta. Las águilas y halcones revolotean sin miedo a que alguien les haga daño, el ciclo de la vida transcurre sin alteraciones.
Y sí, desde la ciudad no se ve, pero un verdadero bosque de pino hay en aquellos lares. El follaje es tal que no permite en algunas partes el paso del sol.
Pero volvamos a ese paso temerario, esta maravilla está a una altura de dos mil metros sobre el nivel del mar, por la cara noreste de la sierra, la boca del puente natural mide aproximadamente ocho metros de largo. En su primer punto hay una profundidad de 80 metros, pero ya en su apogeo se ve un abismo por encima de las nubes.
Sin embargo, cabe mencionar que no es la cima del cerro, para llegar a ella falta otra hora de camino. Llegar hasta ese punto se lleva de 3 a 5 horas y el acceso es por dos rutas que se conocen en el senderismo como "la rompe corazones" ya imaginaran porque (Dejas bofe y alma ahí) y otra "El caracol".
Pero no crean que sólo es llegar, a simple vista no se ve, puedes pasar de largo, aunque lo tengas enfrente. Así que los que saben son verdaderos amantes de la naturaleza.
En palabras de mi compadre Jorge Zamora, experto en estos menesteres: "Aventurarse hasta ahí no es cualquier cosa. El camino está lleno de peligros, pero de veras, vale la pena presenciar la naturaleza en todo su esplendor".
Zamora Zavala, se podría decir que es una autoridad en cuanto al cerro de la Gloria se refiere, ya que incluso a emprendido la caminata completamente solo hasta la cima.
Por mi parte, considero que, si el lugar se ha conservado como hasta ahora, es por el simple hecho de su complicado acceso. No todos llegan hasta ese lugar y quienes en verdad lo han hecho es porque deveras aman la naturaleza y saben cuidarla. También llamada sierra de la gloria es parte de los brazos orográficos de la Sierra Madre Oriental (cordillera de poco mas de mil 300 kilómetros que atravieza los estados de Coahuila, Nuevo León, Tamaulipas, San Luis Potosí, Hidalgo, Puebla, Querétaro, Tlaxcala, Veracruz y del lado estadounidense, Texas. Su eje orográfico corre en dirección noroeste - sureste y se extiende desde el río Bravo hasta unirse con el Eje Neovolcánico. Más o menos paralela a la costa del Golfo de México, al este limita con la llanura costera del golfo, y al oeste con la Altiplanicie Mexicana. Zamora Zavala asegura: "Estar frente a este puente, invita al desafío pero también muestra la grandeza de nuestra tierra y la belleza de la naturaleza". Y es cierto, el trata de pasar por ese puente natural, pone los pelos de punta, el abismo que se abre bajo el no es apto para cardiacos: Un paso en falso y... ¡adiós mundo cruel!.
En cierta ocasión le pregunté a mi compañero del Colegio de Investigaciones Históricas del Centro de Coahuila, José María Castro Zertuche del porqué del nombre La Gloria y la respuesta fue sorprendente: Fray Antonio Zalduendo, de los primeros europeos que pisaron aquí entabló amistad con los naturales y estos le llamaban a la sierra Yluicatl que quiere decir “Hasta el cielo” y por ello hoy lo conocemos como de la Gloria pues parece llegar hasta el firmamento.
Vencerse a sí mismo es sobreponerse a la adversidad. Caer y levantarse; a veces solo necesitamos estar frente al miedo para saber de qué estamos hechos.
De vez en cuando necesitamos un pequeño paso de fe, demostrarte que puedes, ahí está "El puente de Dios" esperando sólo a... ¡Los más aventureros!
