Existen diversas personalidades del gremio del espectáculo que tuvieron un veloz ascenso al éxito y a la fama, esto especialmente en periodos de crecimiento artístico tal y como ocurrió con el Cine de Oro, periodo de auge cinematográfico en el país que brindó la plataforma ideal para que nacieran decenas de estrellas, sin embargo, algunos de estos destacados exponentes escénicos no supieron cómo controlar el poder de la fama, por lo que de manera incontrolable un día simplemente lo perdieron todo.
Famoso. Este es precisamente el caso de Raúl de Anda, director, actor, argumentista y productor de cine que brilló durante este importante momento artístico en tierra azteca, en el que se consolidó pronto como uno de los favoritos de la audiencia mexicana. El famoso que fue conocido como “El Charro negro” inició su carrera en 1931, cuando recibió su primera oportunidad como actor secundario en la película “Santa”, pero no fue sino hasta 1937 cuando tuvo su debut formal como productor cinematográfico con la película Almas rebeldes, ópera prima de Alejandro Galindo. Más tarde sus éxitos continuaron luego de que en 1938 consolidó su primer éxito en taquilla, película homónima a su apodo. A partir de ese momento comenzó a producir películas, en suma, el realizador escribió historias de los más diversos géneros, principalmente melodramas rancheros, chili western y comedia musical, con los cuales se posicionó como un referente en la industria. Los jóvenes comenzaron a tener una relación y a pesar de que Bertha lo amaba, lo cierto es que el padre de la actriz, Guillermo Lepe, se oponía rotundamente a que su única hija mantuviera noviazgo con hombres que no fueran de su agrado. Se sabe que durante una confrontación verbal, Guillermo Lepe habría explotado en su furia luego de que Agustín de Anda tocó el tema de la boda, por lo que su futuro suegro sacó una pistola calibre 360 y le disparó dos veces al novio de su hija, quien debido a la pérdida de sangre murió.
