Varios sujetos dejaron al menos cuatro cabañas totalmente destruidas por un incendio.
Santiago de Chile.- Tres heridos, cuatro cabañas y maquinaria quemada dejaron dos ataques incendiarios registrados este miércoles en la región del Biobío, en el sur de Chile, una zona en la que existe desde hace décadas un enconado conflicto que este año ha vivido una escalada de violencia.
Una de las ofensivas tuvo lugar en el municipio de Curanilahue, donde un grupo de individuos presuntamente prendió fuego a varios camiones e intimidó con armas a un grupo de trabajadores forestales, dejando a tres personas heridas, según detallaron medios locales.
Imágenes difundidas a través de redes sociales muestran a un hombre encapuchado descendiendo de una camioneta y disparando con un arma de fuego para posteriormente hacer bajar al conductor de un camión, al que reduce en el suelo apuntándolo con el arma.
En el lugar de los hechos se encontró un cartel que atribuía el ataque al movimiento de Resistencia Mapuche Lavkenche, una agrupación indígena mapuche que reivindicaba la liberación de los presos de esta etnia, según consignaron medios locales.
"Es precisamente el terrorismo, el narcotráfico y el crimen organizado que promueve la Resistencia Mapuche Lavkenche lo que hay que erradicar de raíz", señaló Pablo Urquízar, delegado presidencial de la denominada "macrozona sur"."Con estas organizaciones radicalizadas no se dialoga y seguiremos arduamente para poder detener a los responsables, desarticularles y condenarlos como merecen", agregó.
En la misma jornada, en el municipio de Contulmo, en la misma región, varios sujetos dejaron al menos cuatro cabañas totalmente destruidas por un incendio.
El sur de Chile ha experimentado en el último año una ola de violencia con frecuentes ataques a maquinaria agrícola y predios, cortes de carreteras, huelgas de hambre de presos indígenas y tiroteos con víctimas mortales.
Algunos de estos episodios se enmarcan en el denominado conflicto mapuche, que enfrenta al Estado chileno y al principal grupo indígena del país, que reclama las tierras que habitaron durante siglos y que ahora pertenecen, en su mayoría, a grandes empresas agrícolas y forestales.
Los acontecimientos violentos por esta disputa se han incrementado en el último año y han sido uno de los principales escollos del actual Gobierno del conservador Sebastián Piñera, que optó en octubre del año pasado por militarizar la zona.
Esta medida ha sido ampliamente criticada por la oposición y por agrupaciones indígenas que sostienen que solo pone más tensión sobre el enconado conflicto.
