"Se me ocurrió darle flores a Malena de esa manera", confiesa el artista.
Fue en septiembre de 2019 cuando el país se conmocionó por una muestra de la violencia contra las mujeres. María Elena Ríos Ortiz, saxofonista y comunicóloga de profesión, fue víctima de uno de los ataques con ácido en México; sin embargo, fue el primero en su tipo en Oaxaca.
De acuerdo con información de la Fundación Carmen Sánchez, que lleva el nombre de una de las víctimas de la llamada violencia ácida en México, desde hace 20 años y hasta 2021 suman 29 víctimas de ataques de este tipo en el país; no obstante, en ninguno de estos casos se ha alcanzado la reparación del daño para las víctimas.
La noticia llegó hasta la ciudad fronteriza de Tijuana, en Baja California, donde Édgar Alberto Bello Chong, músico y artista urbano de oficio, conoció la historia de María Elena y decidió hacer una pieza de arte urbano para honrar la historia de la saxofonista y activista.
"Se me ocurrió darle flores a Malena de esa manera", confiesa el artista, quien además, en julio pasado, se mudó a Santa María El Tule para echar raíces en tierra oaxaqueña y comenzar a germinar su talento artístico, pues para él Oaxaca es un suelo propicio para ello.
"Decidí hacer estas piezas dedicadas a Malena porque, como hombre y como norteño, veo muy normalizada y arraigada la violencia contra las mujeres.
"El caso de ella me impactó desde que lo conocí hace dos años, sentí una empatía enorme y esa es mi manera de darle un abrazo, resaltando su belleza, dando a conocer su consigna", señala Édgar.
La pieza se trata de un sticker de gran formato, tomado de una de las fotografías que María Elena ha compartido en sus redes sociales, mientras intenta reconstruirse, después del ataque que sufrió y que la mantuvo por meses en el hospital.
Al respecto, Édgar cuenta que comentó con María Elena su intención de hacer la pieza de arte urbano, tras lo cual Malena acudió a su encuentro en la ciudad de Oaxaca, donde le agradeció el activismo para mantener vigente su demanda de justicia.
Me sentí muy agradecida y conmovida con la acción, sobre todo porque él es hombre y lo primero que me dijo fue: "Quiero ofrecerte disculpas por lo que te hicieron, a nombre de mi género", recuerda conmovida. Para ella, el arte es una de las formas más contundentes de exigir justicia por las víctimas, no sólo en su caso. En la pieza, el artista combinó tres técnicas: arte urbano, digital y pintura al óleo.
"Estas técnicas son nuevas para mis manos, pero viejas para mis ojos, ya que aprendí de artistas y amigos tijuanenses, como Alaín Tekle, de Téknica 47, y Czar Kandinsky, de LA Border Studio, quien falleció recientemente, pero dejó parte de su legado en piezas como esta", apunta Édgar.
La intervención está en la calle de Reforma, en el centro de la capital del estado, en la barda del Restaurante Mezontle.
Actualmente, trabaja en otra pieza en honor a la saxofonista; además, incluirá en ambas códigos QR para que María Elena pueda compartir mensajes.
