Elvira tiene 22 años como profesionista y en la actualidad se desempeña en el área de epidemiología.
Desde pequeña la doctora Elvira, tenía gran interés por estudiar todo aquello que se relacionara con el cuerpo humano. Mientras cursaba la primaria se dio cuenta que su sueño era ser doctora, ayudar a las personas y atenderlos en sus enfermedades. Por lo que hoy en día tiene 22 años como profesionista y en la actualidad se desempeña en el área de epidemiología.
Actualmente trabaja en el hospital Amparo Pape, ¿En qué consiste su cargo?
"Tengo 14 años en el área de epidemiología, esta se basa en estudiar el comportamiento de las enfermedades, nos encargamos de saber cuáles son las más frecuentes e infecciosas. También tenemos un sistema de vigilancia que regula cierto tipo de padecimientos que se están desarrollando. En su tiempo nos tocó tratar la influencia y ahora con la pandemia, sobre el COVID-19. Además, he estado en la consulta de VIH y viendo tuberculosis".
Estudió medicina general y decidió especializarse en epidemiología, ¿Cuáles fueron los motivos?
"Siempre me han gustado las enfermedades infectocontagiosas, es algo muy interesante, desde el comportamiento, como prevenir, diagnosticar y sobre todo tratar de cuidar a las personas. Me gusta que la gente conozca de estas infecciones para que lleven un buen tratamiento".
Labora en el área de epidemiología, ¿Qué tipos de tareas realizan?
"Vigilamos ciertas enfermedades diariamente y semanalmente, haciendo reportes de nuevos pacientes porque también buscamos personas intencionadamente, viendo quienes pueden tener el perfil y así diagnosticarlos lo antes posible".
Mantienen una constante revisión, ¿Frecuentemente que enfermedades son las que vigilan?
"Estamos en la vigilancia de las respiratorias como lo es el COVID-19, también las de los niños, es decir las que son prevenibles por vacunación, además del dengue, zica, chikungunya, etc., por otro lado, todas las asociadas a la salud lo que quiere decir que las personas que entren al hospital no se contagien de alguna otra".
Tiene 22 años de trayectoria, ¿Personalmente que satisfacciones o beneficios le ha dejado este ámbito?
"Me gusta mucho tratar con la gente, ver que alguien llega enfermo, pero con el tratamiento evoluciona y mejora cuando ellos no creían tener más oportunidades y vuelven a tener una muy buena calidad de vida, es una satisfacción personal muy importante. Al igual disfrutó del poder diagnosticar algo de lo que el paciente posiblemente no tenía idea para así poderle ofrecer un panorama más positivo de su vida diaria".
Realiza una ardua labor manteniéndose al pendiente en todo tipo de enfermedad que puedan suscitarse, ¿A qué retos se enfrenta?
"No te puedes quedar con lo que viste hace 20 años, entonces tenemos que estar constantemente investigando, viendo nuevos tratamientos, enfoques, por ejemplo, en la pandemia algo que observamos fue como evolucionamos en nuestro conocimiento sobre el COVID-19, de lo que sabíamos en el 2020 no tiene nada que ver con lo que sabemos hoy por lo que eso se convirtió en un reto constante, viendo y leyendo que medicamentos funcionaban, que debíamos hacer con los pacientes ya diagnosticados y también descubrimos que acciones tomar para prevenir, un ejemplo; antes no sabíamos que los cubrebocas nos ayudaban. Entonces lo difícil es seguirnos preparando".
Desde su punto de vista y con la experiencia que ha adquirido, ¿Qué es lo que necesita un profesional para desempeñarse como un buen doctor?
“Nada más ganas de trabajar, debe de gustarte y apasionarte lo que haces para así ir a trabajar con todas las ganas de aprender cosas nuevas y dar todo lo que puedas para tus pacientes".
