El fentanilo se ha convertido en una droga de importante interés para los cárteles en México. La gran demanda en Estados Unidos y su bajo costo de fabricación han provocado que sus niveles de producción crezcan.
“Ahora preocupa el fentanilo arcoíris”, afirmó Mario Salomón, Country Manager de Grupo Multisistemas de Seguridad Industrial (GMSI), la nueva droga mortal para hacer adictos a niños y jóvenes en Estados Unidos y también en México. El “arcoíris” está siendo incautado en múltiples formas como píldoras, polvo y bloques que se asemejan a los gises de colores para pizarrón.
En 2021 la agencia antidrogas estadounidense (DEA por sus siglas en inglés) incautó casi 7 toneladas de fentanilo, suficientes para matar a toda la población estadounidense. Cuatro de cada 10 pastillas incautadas contienen cantidades letales de este opioide sintético, 50 veces más potente que la heroína y 100 más que la morfina.
La crisis de opiáceos en Estados Unidos ha alcanzado proporciones catastróficas, con más de 80 mil muertes por sobredosis el año pasado, en su mayoría causadas por sintéticos ilícitos como el fentanilo. Es más de siete veces la cifra registrada hace una década y el riesgo de que se propague una crisis similar a México está más latente que nunca, afirmó Salomón.
Sólo dos miligramos de fentanilo, que equivale a 10-15 granos de sal de mesa, se considera una dosis letal. Sin pruebas de laboratorio, no hay forma de saber cuánto fentanilo se concentra en una pastilla o en polvo.
Para Mario Salomón, la reciente incautación de 10 mil pastillas de fentanilo por elementos de la Guardia Nacional en la Terminal de Autobuses de Querétaro, escondidas dentro de una lata de suplemento alimenticio, puede ser un avance para el combate de esta droga.
Consideró que lo que pasó en Culiacán, Sinaloa, el año pasado con el aseguramiento de cerca de 118 kilogramos de pasta de fentanilo, fue el indicio de que verdaderamente existe una mejor coordinación y que se está viendo un cambio de estrategia en el tema de seguridad.
Estados Unidos tiene una preocupación muy evidente en el sentido de que se tiene que hacer una ejecución, una ofensiva sólida, para atacar este problema que se está convirtiendo en un tema muy serio de seguridad para ambos países.
