Si bien Margot Robbie es una de las actrices más solicitadas y exitosas de Hollywood por su versatilidad de personajes, pocos saben que no todo fue color de rosa para la actriz. La infancia de la artista tuvo algunos matices difíciles que la llevaron a trabajar desde temprana edad para ayudar a la economía familiar.
A los 16 años, la modelo de 32 años ya tenía tres trabajos y uno de ellos era el que ejercía como empleada doméstica. El enorme ímpetu de crecimiento y superación, llevaron a la muchas veces nominada a los premios más importantes de la industria del cine a graduarse a los 17 años en el Somerset College.
Luego la actual productora decidió ir a Melbourne para empezar la carrera profesional que le daría los máximos frutos hasta el día de hoy. Una de las personas claves en la vida de Robbie ha sido su madre, quien la ha apoyado en todo momento y con quien se la ha visto en muy pocas oportunidades, pero una ha sobresalido: la alfombra roja de los Premios de la Academia de 2018 y la reciente de la premiere de "Babylon".
La madre de la actriz de “El lobo de Wall Street” actualmente se dedica a trabajar como fisioterapeuta y se llama Sarie Kessler. La bella mujer ha dejado claro que sus rasgos faciales han pasado en parte a su hija y que comparten la misma sonrisa y el color de cabello. Actualmente transita los 68 años y tuvo un pasado difícil en la crianza de sus hijos.
Kessler tuvo dos varones, Lachlan y Cameron, y dos mujeres, Anya y Margot. Vivieron todos juntos en la granja de propiedad de sus padres, ubicada en la Costa Dorada de Australia. El padre de la artista de la película “Focus” se llama Doug Robbie y fue quien abandonó a la familia perjudicando a Sarie, quien tuvo que salir adelante relativamente sola.
La unión y el amor es tal con su madre, que Robbie le pagó la hipoteca a su madre como regalo de cumpleaños a los 60 años, en 2014. El obsequió fue realmente una sorpresa y la mujer en ese momento tenía problemas económicos para saldar las deudas.
