El elixir de la juventud está detrás de estos sencillos hábitos que harán toda la diferencia.
¿Sabías que, a partir de los 30, la cantidad de colágeno que nuestro cuerpo produce se va degradando paulatinamente? Es por eso que al llegar a los 40 nuestra piel es más propensa a presentar arrugas, líneas y algunos otros signos de la edad debido a la pérdida natural de esta proteína, pero la buena noticia es que hay manera de revertirlo. El secreto: seguir hábitos desde nuestros 20's y 30's que nos permitan no sólo preservar, sino también estimular el colágeno de nuestra piel.
Protector solar
Siempre lo decimos y no nos cansamos de repetirlo: ¡el protector solar se usa diario! Todas las personas, desde los 6 meses de edad, deben usar protección contra los rayos del sol, pues éstos degradan las fibras de colágeno y ocasionan desde envejecimiento prematuro hasta cáncer de piel.
Reduce el estrés
Tener un día planificado e incluir actividades para ti, con las que cuides de tu salud mental en tu rutina, te ayudará a disminuir los niveles de estrés. Algunos ejemplos: hacer ejercicio, desarrollar un hobby, tener vacaciones para descansar cada cierto tiempo, respetar tus horarios y grupos de comida y convivir con las personas que más quieres.
Hidrata tu cuerpo
Hay que beber entre litro y medio de agua y dos al día. El agua ayuda a que el organismo se libere de toxinas y desechos innecesarios; además, evita la retención de líquidos. Recordemos que cuando nuestro cuerpo se encuentra deshidratado, retiene líquidos como un mecanismo de defensa, lo que en conjunto inflama las células y, combinado con otros factores, produce el envejecimiento de la piel. ¡Mejor lleva tu termo a todos lados!
Sí a los antioxidantes
Tanto si los consumes en tus alimentos, en suplementos o los aplicas de forma tópica, tu dosis diaria de antioxidantes debe ser parte de tu vida para una piel joven, radiante y libre de arrugas. Los antioxidantes estimulan la producción del colágeno que mantiene el soporte de la piel, logrando que las fibras se mantengan fuertes, tensas y unidas. Consúmelos y aplícalos en todas sus formas posibles: cítricos, sérums con vitamina C ¡y más!
