La defensa de los Colts se mostró en gran nivel en la remontada del juego.
No hubo touchdowns, sólo goles de campo. El protagonismo de los pateadores de Broncos y Colts fue inversamente proporcional a la inoperancia de sus ofensivas. Denver tuvo en sus manos la victoria, pero Russell Wilson falló en los momentos clave y le dio vida a Indianápolis, quien no desaprovechó la oportunidad para llevarse el triunfo en tiempo extra con un apretado 12-9.
La lluvia de abucheos que cayeron desde la grada del estadio de los Broncos fue reflejo del partido. La ofensiva comandada por Russell Wilson no despierta. El mariscal de campo volvió a mostrarse sin ese toque de magia que lo encumbró en Seattle.
Acciones parejas. Los Broncos carecieron de profundidad, pocos fueron sus viajes a la zona roja. McManus, el pateador, suplió esa carencia, al hacer buenos sus dos primeros intentos para darle la ventaja a su equipo. Aunque en el papel la distancia era poca, el nulo ritmo de la ofensiva de los Colts de la mano de Matt Ryan complicó.
El veterano mariscal de campo se mostró errático, enfocado en sobrevivir a las cargas de la defensa antes que buscar a sus receptores.
La noche fue difícil, al ser capturado en cinco ocasiones y regalar dos intercepciones, un despropósito si se consideran las expectativas que había en él. A pesar de todo, los Colts lograron mover las cadenas lo suficiente para empatar el juego gracias a dos goles de campo de Chase McLaughlin.
Ya en el tiempo extra, el gol de campo de McLaughlin fue suficiente para llevarse la victoria. Denver tuvo la oportunidad de ganar, pero un mal pase de Wilson en zona roja mandó al traste su intento.
